Me atrevo a desafiarte

Prólogo.

 Es que a veces no lo entiendo, en ocasiones una no puede ser como suele ser porque existe el factor “lo que dirá la sociedad”, entonces, ¿qué mejor que demostrarles que no tienen el poder absoluto de saber cómo eres realmente?

  Sonrío de lado agachando la cabeza levemente para que no lo note, ahora mismo es cuando debo darle por donde no lo espere y eso es… actuando, como siempre.

—  En verdad, no sé de qué me estás hablando, solo estaba aquí paseando como si nada.

 Digo levantando nuevamente mi rostro con una expresión de clara duda y un poco de inquietud, lo veo arrugar el entrecejo, entrecerrar demás sus ojos claros de color café, como si pudiera entrar a mi mente y leer o escuchar todo lo que pasa por aquí, pero, eso no se puede, no eres tan listo.

—  Entonces, si no me estás siguiendo, ¿cómo es que estás en el territorio de mi manada y en la misma banca donde me siento frente al lago?

  Ay sí, y lo habías patentado como tuyo, ¿no? No es como si tuviera un radar que me diga, esto es propiedad de lobos, no pasar, ¡ah, no!, no se les ocurrió poner ese tipo de letreros, gracias a Diosito porque si no, sí estuviera haciendo un papelón. Suspiro mirando a mí alrededor, continuando con mi juego de “yo no sé nada”.

—  Mira…

 Me detengo a mí misma, lo miro viendo su pose de “superioridad” con una postura recta, hombros cuadrados, de brazos cruzados y los pies en una abertura que demuestra su… pose de masculinidad, es guapo, eso no puedo negarlo, pero, ahora mismo… no lo dejaré ganar.

—  No intentes decirme que no recuerdas mi nombre, soy amigo de Arya, así que, obviamente sabes quién soy.

 Responde con un tono de superioridad (nuevamente) que no me ha gustado para nada, nuevamente suspiro, miro al suelo un solo segundo antes de mirarlo de nuevo, esta vez utilizo mi forma… un poco más neutral, la ofendida.

—  ¿Disculpa? Que solo te haya visto por una pantalla de computadora y compartir una fiesta en medio de… bueno, de muchas personas, no significa que deba de aprenderme tu nombre, además… ¿cómo era que te llamabas?

 Pregunto con un tonito de duda, incluso achico un poco mis ojos para resaltar mi aparente estado de ignorancia en cuanto a su nombre se refiere, pero, si supiera de las cosas que sé de su vida…

—  Kenner, Kenner Stone… y no te creo nada el que no te acuerdes de mi nombre, Samara Smith.

 Dice llevando una mano a su mentón mientras una sonrisa ladeada aparece allí. Mira idiota, a los hombres como tú los conozco desde kilómetros, gracias a Alex que, siempre me ha custodiado, pero, lo que no sabes es que yo, Samara Nicole Smith Andrade soy la criatura más manipuladora cuando me lo propongo.

—  Pues… no he visto ninguna divisoria o algún anuncio donde indique que piso propiedad privada, pero, como ya me estás echando…

  Menciono haciendo una mueca de “es una lástima”.

—  Sí, sería mejor que te vayas.

 Ay no, este acaba de saltar solito al agua y eso que ni lo empujé ni incité. Sorbo un poco por mi nariz como queriendo ocultar mi “inicio de llanto”, lo miro logrando ver que sus ojos vacilan un poco.

—  No te preocupes, me voy.

 Digo comenzando a caminar, al cabo que ni quería ver el atardecer desde aquí a pesar de que, desde esa banca frente al pequeño lago pues se ve bien lindo, pero, este no me tratará de esa forma y se irá de rositas, como si nada.

—  Espera.

 Me llama, pero, no me detengo, al contrario, apresuro el paso mientras sonrío escuchando que me sigue, ¿no que no, Alpha Kenner?

¡Hola de nuevo!

 He aquí la nueva historia, Me atrevo a desafiarte #MAAD, donde narra la historia entre Samara y Kenner, ¿qué podría llegar a pasar entre ambos cuando uno no cede y la otra voltea la situación a su favor?

 Les recuerdo que esta NO es la continuación de #VASM, #BEL ni tampoco de #RQMA, pero, como en las anteriores, puede haber detalles de dichos personajes en algún momento dado.

 Espero les guste esta nueva historia, no olviden seguirme en este perfil y nos leemos cada que se pueda, ¡a disfrutar!