Samara.
Los segundos siguen pasando por lo que creo, no hará nada, no saben lo gratificante es tener la razón porque suelta mi brazo alejándose un paso de mí, permitiéndome elevar de nuevo la mirada, sus manos entran a los bolsillos delanteros de sus vaqueros y se queda mirándome fijamente, como si intentara descifrarme. Alguien debería hacerle llegar la información de que a nosotras no nos entiende nadie, ni siquiera nosotras mismas.
Aunque… pensé que sería un caballero, que él intentaría entablar una conversación, pero, no, solo eleva un poco la comisura de su labio del lado izquierdo y voltea yéndose, dejándome sola, parpadeo, un poco sorprendida, ¿me dejó sola? Sí, sí lo hizo, hago una mueca de indignación, antes de sonreír ligeramente, así que… ¿vamos a jugar? Perfecto, cuadro un po
