Kenner. Siento un toqueteo insistente en mi hombro, ¿por qué_mierda no me dejan dormir? Gruño moviéndome un poco y aferrándome a algo_calentito, arrugo el entrecejo, ¿me aferro? Nuevamente el toqueteo en el hombro aparece y con molestia abro los ojos encontrándome con los de color azul verdoso de Samara, pero, ¿qué…? Es hermosa, ¿no crees? ¿Qué mierda hace ella en la misma cama que nosotros? — ¿me puedes soltar? Necesito mi cuerpo para ir al baño. Dice en voz baja, sacudo mi cabeza soltándola, ella salta de la cama para ir corriendo al baño, miro alrededor viendo que todavía no amanece, pero, la habitación… Seguimos en la casa Alves, Kenner, en algún momento, después de las veces que intimaste con la señorita, se quedó dormida y tú te quedaste a mirarla. Yo no hice tal cosa. Claro