¿Quién eres?

1100 Words
El mismo día Miami Alejandro Todavía estoy reaccionando ante la noche espectacular que tuve, es que nunca pensé sentirme tan conectado con una mujer, ella supo descifrarme, en una palabra, cualquiera diría que solo tuve buen sexo con ella, pero no fue así, en medio de la locura que viví, por primera vez compartí cosas personales mías, podrá sonar extraño, aunque lo hice, y para mi mal ella se marchó dejándome con muchas dudas. En fin, decidí que estando en la cama no conseguiría nada, así contra mi voluntad me levanté, tome una buena ducha y me vestí con un traje gris para ir hasta las oficinas del buffet, con la esperanza de que alguno de los chicos me ayude con el nombre de mi cenicienta. Tras un trayecto conduciendo mi auto por los bulevares de la ciudad donde me seguía dando vueltas todo lo que me había sucedido, llego a la cochera del edificio, estaciono y me bajo del vehículo no sin antes agarrar mi maletín caminando hasta los ascensores, esperando impaciente que llegue uno, así apenas se abren las puertas subo mientras voy revisando mi agenda en el celular, hasta que soy arrancado de mi mundo por una voz familiar. –¡Hola Alejandro! ¡Buenos días! –Hola Florencia, disculpa no te vi, estaba tan concentrado revisando mi celular. –Me doy cuenta, incluso estás batiendo un récord, no te me has insinuado– me repite dejándome desconcertado. –¡Florencia! ¿De qué me perdí? ¿Ayer me dijiste otra cosa? –¡Alejandro! ¡Alejandro! Creo que caíste en las redes de alguien, ¿Cómo se llama ella? –¡¿Qué?! ¿Qué dijiste? –pregunto desconcertado. –Alejandro creo que jugaste con fuego y te quemaste, claro que como eres hombre todavía no te diste cuenta, pero para mí es evidente, hasta la cara de tonto tienes. –Florencia no tengo idea de que hablas, después conversamos, tengo que revisar un caso– le explico mientras salimos del ascensor. –Alejandro lo que tú digas– me responde mientras me sonríe alejándose. En realidad, no tengo cara de tonto, más bien de cansancio, pero ni siquiera entiendo todo lo que dijo Florencia, jugué con fuego y me quemé, ¿Qué quiso decir? Debe ser un juego de ella, mejor busco a Rogelio para ver si puede ayudarme, en medio de mi confusión camino por los pasillos preguntando por los chicos hasta que me encuentro a Rogelio. –Buenas tardes Alejandro, que envidia la tuya que puedes llegar a la hora que te plazca. –Hola Rogelio solo llego a esta hora porque dejé todo resuelto, además en el caso de Díaz estoy esperando la resolución del juez. –No te estoy pidiendo explicaciones, más bien tenía curiosidad porque te fuiste bien acompañado anoche, ¿Cómo te fue con esa mujer? –Rogelio no te pienso dar detalles, lo que sí quiero es tu ayuda, necesito volver a verla, saber todo de ella y tú me puedes ayudar. –Alejandro nunca te había visto así por ninguna mujer, ¿Tan bueno fue el sexo con ella? –Rogelio no seas imprudente, mejor ayúdame a encontrarla, tú estuviste coqueteando con sus amigas, seguro debes tener el número de teléfono de alguna de las chicas, debes saber algo. –Tengo el número de teléfono de una de las chicas, pero no estoy seguro de llamarla, porque no quiero una relación con nadie. –Déjate de tonterías y dame el número, ¡Vamos dámelo! –le exijo mientras agarro mi celular para llamar. –Alejandro este es el número, pregunta por Lorena Manrique– me explica mientras me muestra la pantalla de su celular. –Me manda al buzón de mensajes…Lástima tenía la esperanza que me pudieras ayudar. –Alejandro dame el nombre de la mujer, que puedo hablar con mi amigo de la policía, él puede acceder a la base de datos del registro de la ciudad y tenemos toda la información de ella. –Esta difícil no sé su nombre, ella no quiso decírmelo. –¡¿Qué?! No puedo creer lo que escucho, ¿Cómo pudiste dejarla ir sin saber su nombre? ¿Dónde se fue el abogado astuto? –No sé qué me sucedió, en ese momento no pensaba con lógica y me doy cuenta que cometí un error. –Es que seguro no pensabas en nada, ya me imagino porque, pero todavía no todo está perdido, una de las chicas comentó que van muy seguido a la discoteca, te toca ir al lugar y esperar que aparezca. No tengo idea ¿Qué me hizo esta mujer? Porque no logro sacarla de mis pensamientos, y por primera vez quiero conocer todo de alguien, necesito encontrarla, saber quién es ella. Teresa A pesar de tener mucho trabajo no logro concentrarme en nada, tan solo hojeo cada presupuesto recordando el encuentro que tuve con ese dios griego, que ni siquiera entiendo ¿Qué me hizo ese hombre? Parezco una adolescente suspirando por Alejandro, pero lo mejor es olvidarme de él, porque lo que menos quiero es que me vuelvan a romper el corazón, en fin, en medio de mis pensamientos escucho sonar mi celular, reviso la pantalla y contesto. –Hola Lorena, ¿Cómo estás? –Hola Teresa, te recuerdo que hoy vamos a encontrarnos con Laura, es su cumpleaños, y por favor no quiero disculpas. –Lorena yo quisiera ir con ustedes, pero estoy cansada y debo levantarme temprano para unas reuniones que tengo con los ejecutivos de la empresa. –Teresa eres la dueña, reprograma las reuniones y acompáñanos, además que necesito que me cuentes los detalles de tu escapada con ese galán. –¡Lorena! Solo soy una empleada más, mi familia es la dueña de la cadena de hoteles, además mi padre estará en la reunión. –Teresa ¿De qué sirve tener tanto dinero? Sí no puedes hacer lo que quieras. –Lorena veré que puedo hacer, aunque no te prometo nada, dime ¿A qué hora se encuentran y dónde? –Quedamos en encontrarnos en la discoteca de ayer a las 21:00 p.m., por favor espero que vayas, porque no quiero escuchar los reclamos de Laura. ¡¿En la discoteca de ayer?! ¿Será que vuelvo a encontrar a Alejandro? ¿Qué me está pasando con ese hombre? Lo más seguro es que no lo vuelva a ver, además debí ser una aventura más para él, y hoy volverá a encontrar a alguien con quien acostarse, él debe ser el típico macho que solo busca divertirse un rato.
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