Capítulo XXX C APÍTULO XXXQue comporta una posición crítica —¿Quién es? —preguntó Brittles, mientras abría la puerta sin quitar la cadena y se asomaba, protegiendo la vela con la mano. —Abra la puerta —contestó el hombre de fuera—. Somos los agentes de Bow Street que han mandado llamar. Mucho más tranquilo tras dicha explicación, Brittles abrió la puerta de par en par y se encontró cara a cara con un hombre corpulento que llevaba un abrigo y que entró en la casa sin decir nada más y se limpió los zapatos en el felpudo con tal tranquilidad que parecía que viviese allí. —Manda a alguien a echarle una mano a mi compañero, ¿quieres, muchacho? —dijo el agente—. Está en el coche cuidando del caballo. ¿Tenéis una cochera donde dejar el coche durante cinco o diez minutos? Brittles, contestan
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