Después Del Divorcio: Segunda oportunidad.

Amor que engaña.

Cuando llegamos al hospital, me llevaron rápidamente en una camilla, escuchaba decir a Williams ‘Es mi esposa y esta embarazada’. Realmente Lucía preocupado, aún casi desmayando pude notar aquella reacción.

Fui llevada al laboratorio para sacar algunas muestra de sangres para análisis, además también me practicaron una ecografía, solo escuchaba a los doctores y enfermeras decir que ‘debía ser llevada al quirófano’. Hasta ese momento no supe más de mi existencia.

No sé qué tiempo había pasado desde que había llegado al hospital. Solo se que al abrir mis ojos un fuerte dolor me invadía en todo el vientre, pero era aguantable. Ni siquiera sabía la hora, vi que mi móvil estaba encima de una mesita al lado de mi cama, al tomarlo vi que eran las diez de la noche.

Estaba sola en aquella habitación, así que me pregunta a donde pudo haber ido Williams, ¿cómo pudo haberme dejado sola allí?, no tenía noticas sobre mi embarazo y me urgía saberlo.

Tomé fuerzas de donde no tenía, arrastraba el suero con mi mano izquierda, lentamente caminé por los pasillos solitarios del hospital, la enfermera de guardia debía está atendiendo alguna emergencia, así que no fue difícil poder llegar a la oficina de Williams.

Al entrar estaba vacía, era lógico que a esa hora ya Williams no estaría allí, había un olor a soledad.

Me disponía a salir de la oficina cuando escuche la voz de Williams reír a carcajadas, ¿Que rayos estaba pasando? Su esposa había tenido un accidente y él se reía a carcajadas.

—Casi no vive para contarlo, pero tranquila, ya no hay bebé— fueron las palabras de Williams.

Me escondí dentro de un espacio en la misma oficina, por un hueco pude ver cómo Williams hablaba por celular muy complaciente, en ese momento pensé que él me era infiel.

Escuchar aquellas palabras de alegría de la boca de mi esposo, hicieron que sintiera que me caía un balde de agua fría, que hizo que despertara del sueño engañoso y mirara la verdadera realidad; mi esposo se había alegrado de que ya no llevara a su en mi vientre.

¿Cómo podía reponerme ante aquellas palabras que me hicieron sentir tan miserable?. Sentí como las rodillas no soportaban el peso de mi cuerpo, era terrible para mi.

Ahora quería salir corriendo de allí, estaba muy desesperada, tapaba mi boca para no hacer ruidos, pero lo que no pude evitar fue que mojara la bata que llevaba puesta de mis lágrimas, lágrimas de dolor y tristeza.

-No te preocupes, lo único que importa eres tú’ tengo que ir a ver a Esmeralda, mañana te veo, no olvides que te quiero— Dijo Williams mientras se acercaba a la puerta y se marchaba.

Su cambio repentino de salir a cenar por nuestro aniversario me resultó extraño pero yo era incapaz de dudar de Williams.

Tardé tanto en darme cuenta que había estado en un matrimonio egoísta, lleno de trampas que solo me llevó a perder a mi primer hijo.

¡Maldito el día que lo conocí y contraje matrimonio con él! Me equivoqué tanto con Williams, lo idealicé como el hombre perfecto para mi, pero en su corazón solo había deseos oscuros para mi.

Llena de terror por lo que estaba pasando, regresé a mi habitación, y fingí que nunca me había levantado de allí.

No tenía fuerzas para confrontar a mi esposo, aún no lo podía asimilar, ‘Williams me era infiel’ y necesitaba saber quién era esa mujer, pero a la vez no quería saberlo, no quería ver el rostro de aquella mujer que me había robado el corazón de mi esposo.

Lo más triste de todo esto es que estaba conociendo el verdadero rostro Williams, un rostro oscuro, y un corazón lleno de maldad.

Esa noche no vi a Williams, no le interesaba ni siquiera fingir que era el esposo bueno y noble que pesaba que era.

AL DÍA SIGUIENTE.

No quería abrir mis ojos y enfrentar la triste realidad, mi matrimonio había sido un fracaso y hasta ahora me había dado cuenta de ello.

—Buenos días— Dijo un doctor desconocido para mi.

—Buenos días doctor— Respondí con voz débil.

—¿Cómo te sientes Esmeralda?.

—No muy buen doctor, tengo un poco de dolor en la parte baja de mi vientre.

—Eso es normal, los primeros días lo sentirás. Lamento mucho la pérdida de tu bebé, fue muy difícil, además tuviste muchas horas en aquel río, por lo que eso influyó en que tuvieran la que interrumpir tu embarazo.

—Gracias por decirlo doctor, aún no sabía lo que había pasado con mi embarazo— Respondí sin ganas de vivir, en una sola noche había perdido lo que pensé que tenía en mis manos.

Después de doctor irse ordenó que pusieran algunos medicamentos para calmar el dolor que sentía, quise gritarle que si tenía algo para curar el dolor que no era físico, si no aquel que era en el corazón, que muchas veces nadie podía verlo.

Solo quedé callada bajo una indudable depresión, engurruñada sobre aquella cama fría, la lagrimas no se detenían, no podía contenerme, era algo tan doloroso para mí que hizo que se abriera una herida demasiada profunda.

Durante todo el día no recibí la visita de Williams, seguro estaba celebrando que no iba a ser padre y eso eres gracias a él mismo y al amor de otra mujer.

Cuando cayó la noche, sentí que estaba siendo dejada como un saco de basura, había sido votada por el que consideraba el amor de mi vida.

Necesitaba tanto enfrentar aquel dolor, pero aún estaba débil, sabía que no tendría la suficiente fuerza para decirle que sabía todo lo que había hecho.

Mientras pensaba un poco en la cama, escuché cuando se abrió la puerta, no dudé en hacerme la dormida, no quería hablar con nadie, no quería enfrentar mis miedos.

Williams me movió en algunas ocasiones para ver si despertaba, pero no lo hice, no quería míralo a la cara después de lo que me había hecho.

Mientras mantenía mis ojos cerrados, el móvil de Williams timbró, no dudó en contestarlo.

Hola mi vida, buenos días, ¿Cómo estás?, Escuché a Williams preguntar.

Estoy bien y mejor que nunca, al fin me deshice de lo que me unía a ella, ahora solo tengo que terminar con todo esto, ya sabes a lo que me refiero, continuó Williams hablando por celular. Cuando lo escuché sentí miedo, estaba aterrada, lo único que pensaba era que iba a acabar con mi vida.