Marian esta hablando animadamente con Carmenza sobre las obligaciones de la casa y como la llevan, es increíble que en la mansión todo gira entorno a las decisiones de Adela y lo que ella cree mejor para Esteban, desde la manera de tender la cama hasta como se debe cocinar, pero Marian no esta de acuerdo, todo es muy mecánico pero no hay amor, todo es tan controlado que asusta, todo tiene horas exactas y tiempos para cumplir las obligaciones, Marian decide que ella quiere ir en compañía de Teresa la empleada del servicio y Arnoldo por la compra del mercado, Adela y Carmenza no lo hacen, pero a Marian le hace ilusión ser ella quien decida y escoja los alimentos, al principio Teresa se opone pues las señoras de la casa la regañarían, a Marian le parece absurdo, que ella sepa el dueño de la