Cuando salí del cuarto de baño, tomé mi teléfono y contesté a mi hermana a la que no quería hablarle nunca más porque tenía tanta verguenza que cuando ella decía algo sobrevivir felices yo quería simplemente sentarme a llorar y dejar que me matara. Sin embargo; después de ponerme la ropa interior decidí volver tomarle la llamada. La cual estaba histérica porque los manteles no estaban puestos todavía y yo no estaba ahí. En cuanto colgué, Daniel me tomó del brazo y dijo en un tono defensivo:
—Serena... ¿podemos hablar?
—Serena, ¿podemos hablar?—repetí. —No hay nada de que hablar. ¡Esta! —Dije. — Esta fue la última vez.
—Serena... por favor.
—Serás el esposo de mi hermana. ¿Qué quieres que haga? ¿Qué sea tú a amante?, La amante del esposo de mi hermana, joder... ¿Has pensado en mí antes de siquiera decir esto Daniel? ¡La que está en peligro soy yo! Soy una Luthor, la tendré que ver hasta que alguna de las dos muera, perderé a mi novio; su amistad y afecto. Perderé a mi hermana; la persona que ha estado en cada paso de mi vida, la perderé. Te pierdo a ti, quién alguna vez fue mi amigo... Dejémoslo así, lo último que necesito es dañar lo que tengo. De igual manera, ella finalmente te dará lo que yo te he dado todo este tiempo —Le di un beso en la mejilla y salí en dirección a mi auto.
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Daniel no se acercó, ni llamó el resto del día, simplemente me envió un enorme ramo de flores a casa, todos miraron con indiscreción el arreglo, yo rodé mis ojos molesta.
—¿Peleaste con Facundo?
—Facundo ha estado de viaje, es imposible que se hayan peleado. —Dijo mi padre y dejó los cubiertos sobre la mesa. — ¿Sales con alguien más?
Mi hermano mayor, Patrick, quien sabía el nombre del autor de aquel regalo me miró en espera de respuesta y mi madre se entretuvo haciendo ruiditos para mi sobrina Dana, la cual no quería probar su desayuno, atol de avena, la compadezco o tal vez ella a mí.
—Sí, Facundo está en Vista Hermosa, ya saben cómo me encanta ese lugar, el respiradero, el hotel, la arena... es precioso.
—¿Engañas a tu novio Serena?¿Dónde dormiste?
—No, no papá, simplemente me he quejado de Ada con Daniel y me ha dicho una grosería gigante así que a decido disminuir su nivel de gilipollez con rosas. Simplemente se le ha olvidado que no soy mi hermana, de nuevo.
—Qué tiene de malo ser yo, me casaré y tendré hermosos niños.
—Ada cualquiera puede hacer eso y quedarse en casa a ser engañada por su marido.
—El que una mujer cuide de sus hijos no quiere decir que le engañen —Defendió Addison quien recientemente había tenido a Dana y estaba en casa cuidando de sus hijos.
—Pregúntale a Adam qué hacían sus esposas.
—No las engañé.
—Ajá —Respondimos Patrick y yo al unísono.
—No a todas.
—¿Engañaste a mamá?
—Lo hizo en casa de su esposa muerta en la que me tenía viviendo. Me acosté con un hombre, me drogué y acabé en un hospital.
—¿Tienes que decirles esas cosas?
—Sí, tiene un mensaje subliminal —respondió mi madre quien cargó a su nieta y le besó las mejillas. —Uno elige si una infidelidad es algo grande o pequeño, hay miles de excusas y una sola verdad para los infieles.
—Ilústranos consejera del amor —se burló Mercy de su amiga y suegra.
—Dolor.
—Tristeza creo yo.
Mi tía Mercy era además la esposa de mi hermano y la mejor amiga de mi mamá mucho antes de que mi hermano se interpusiera son otros diez pesos. De igual manera, antes su relación con mi hermano fue la amante de un piloto, guapísimo pero casado, él sabía convencerla de que lo que hacían no era tan ilícito y ella jugaba a creérselo; todo cambió cuando quedó embarazada.
—¿Messer, vendrá para la fiesta? —pregunté a mi tía por mi primo. —Moveremos el bote.
—No, dice que está ahogado —contestó Mercy. —Su abuelo lo puso a sudar.
—¿Por qué no vendrá? —preguntó mi hermana luego de unos segundos.
—Ada, tiene que trabajar. ¿En dónde estás? —dije antes de depositar un beso sobre su cabeza. —Iré a decorar para una pesada, nos vemos en la noche.
—No es gracioso, Serena —gritó Ada.
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Fui a mi edificio para sacar las cosas que harían falta como candelabros y copas especiales, cuando llegué las gemelas me esperaban sentadas en la silla de mi oficina, acompañadas por su madre.
—¡Hola, hola! —dijeron las niñas.
—Hola, hola, guapas —me acerqué a besuquear y ser besuqueada por mis cuñadas más pequeñas. Raquel, mi suegra tenía un pedido especial para mí, por parte de Facundo, tomé la bolsa y leí la tarjeta.
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—¿Se puede saber qué hizo?
—Una discusión estúpida con respecto a mudarnos a su castillo de cristal.
—Chicas afuera, ya no son presidentas.
—¿Podemos ir a dejar el cactus con los demás?
—Este es especial, tienen que llevarlo con amor —respondí y Rory lo tomó con ambas manos mientras Ray corrió a sostener la puerta.
Cuando ambas se fueron Raquel me hizo una seña para que me sentara a su lado, le di un beso en la mejilla y ella me tomó entre sus brazos, es la persona más dulce del planeta, acomodó mi cabello detrás de mi oreja, luego posó sus manos sobre mis mejillas.
—Cariño qué está mal, él te ama. ¿Amas tú a mi hijo?
—Son demasiadas cosas.
—¿De nuevo lo de Ivana se interpone? —negué con la cabeza.
Lo peor de mi secreto era que comenzaba a marchitar a personas que no tenían nada que ver, como Raquel y sus hijos, ¿cómo haría para vivir con su odio? Aquella familia que sentía como mía... yo no soy Daniel, no puedo seguir toda mi vida con una mentira, Facundo me odiará ahora, pero agradecerá el que le sea sincera como él lo ha sido conmigo todo este tiempo.
—Entiendo a Facundo, lo nuestro no es así de formal. Tenemos una relación abierta, lo amo me ama, pero...
—Sí, "hay otros" —contestó en tono de burla y tomó mis manos. —... Serena cuando se comparte cama durante tanto tiempo, sus familias ya no preguntan si serán el acompañante del otro. Cuando después de un nombre se asocia el de otro; son más que una parejilla s****l, son novios formales, al menos eso es lo que quiero.
—Raquel, nunca te has metido en mi relación con Fack —contesté asombrada.
—Cariño, tienen que estar juntos para que funcione, tienes que probarlo antes de desecharlo.
—Facundo me odiará cuando sepa con quién he estado durmiendo Raquel, él me mandará a volar.
—Te ama más de lo que crees entonces —Dijo antes de besar mi mejilla. —Nos vemos en la noche.
Después de ver salir a mi suegra me quedé pesando en lo que dijo. Solo me quedé en silencio rezando e implorando: Facundo perdóname por acostarme con tu amigo,perdón, perdón, perdón, ¿Podía amarme tanto?