Al llegar al enorme caserón, un recuerdo vago inundó mi mente, parecía sentir que ya había estado allí.
Repasé la vista desde la entrada hasta donde la vista daba, el jardín se extendía desde el frente hasta entrelazarse con el pequeño bosque. Me detuve por un momento y pregunté a Erick.
—¿Hay algún lago a unos cien metros adentro—pregunté, él me miró con sorpresa y preguntó.
—¿Como lo sabes? — yo quedé estupefacta, si lo dije era porque acababa de venir a mi mente esa escena en solo un momento atrás.
—Está no muy lejos adentrándose al bosque, pero son unos trescientos metros adentro. —explicó Erick,
—Es raro que supieras eso. —me dijo escudriñando me.
—También no muy lejos de aqui, hay una hermosa cascada —me enfatizó, a lo que mi mente empezó a volar a unos vagos recuerdos que me
