Alejandro estaba en su cocina, preparando una cena especial para Valerie. Quería crear un ambiente relajado y agradable para hablar sobre su acuerdo y conocerla mejor. La había invitado a su casa con la excusa de discutir algunos detalles, pero su verdadero objetivo era convencerla de que se mudara con él lo antes posible. La cena estaba casi lista cuando Alejandro escuchó el timbre de la puerta. Se quitó el delantal, se aseguró de que todo estuviera en su lugar, y fue a abrir la puerta. Valerie estaba allí, luciendo un poco nerviosa pero hermosa como siempre. —Bienvenida, Valerie. —dijo, tomando su mano y guiándola hacia el interior. —Gracias, Alejandro —respondió Valerie, entrando y mirando alrededor—. Huele delicioso. —Me alegra que te guste. Quería preparar algo especial para nosot