Con un vacío en su pecho, Charles se instaló en la nueva oficina que Helen había asignado para él, la profunda tristeza por ver a Isabela viviendo su vida como si por él ya no sintiera nada, lo estaba consumiendo, pues ella era todo lo que él quería, sabía que cometió errores en el pasado pero que duro que los estaba pagando. Detrás de él, solamente había un montón de carpetas con documentos que debía gestionar, si lograba sacar adelante la sucursal que Helen le encomendó, posiblemente tendría de nuevo su emporio. —¡No te ves muy animado Charles!—Helen movía un lapicero de arriba abajo mientras lo miraba —Pues por el trabajo si lo estoy y no tienes idea de cuanto te lo agradezco, es una excelente oportunidad Helen, depositar tu confianza en mi, me llena de mucho valor para enfrentarm
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