Charles y su padre llegaron a su apartamento, ambos estaban hambrientos, a pesar de que ya estaban trabajando, aún no obtenían su primer sueldo y la hambruna al igual que el estrés, se estaba apoderando de la familia. Diane y Elise estaban sentadas en el sofá, cada una con una revista en la mano, apenas los hombres llegaron, Elise, botó la revista al suelo con furia y se fue hacia los hombres de la casa. —¡Bonita la hora de llegar de los caballeros! ¿Están ebrios? Porque supongo que para eso si tienen dinero Charles se apretó el entrecejo y suspiró mirando a su padre. —Mamá tuve un percance en la oficina y mi padre hasta hace poco pudo ayudarme. —¿Por qué no contestas tu maldito teléfono? Llevo toda la tarde llamándote, no he comido nada en todo el día ¿Crees que soy un cuerpo glo