Isabela se acabó de vestir, sentía vergüenza por lo que acababa de pasar con ese hombre que supuestamente odiaba, pero que, en el fondo de su corazón, “amaba con todas sus fuerzas”, sin embargo, algo dentro de ella la hacía sentir satisfecha, tener sexo en el elevador de su gran empresa, fue una experiencia abrumadora, nunca antes sintió tanta excitación a causa del vértigo. —¿Cómo vamos a salir de aquí? —Preguntó Isabela rompiendo el silencio. Charles negó con la cabeza confundido, ella le hablaba como si no hubiera pasado nada, él se acabó de arreglar su ropa y subió los hombros. —No lo sé Isabela, pero ¿Y lo que acaba de pasar entre los dos? ¿Qué? Ella lo miró de arriba abajo y subió una ceja, y en un tono muy burlón le contestó: —¿Qué de qué? Tuvimos sexo Charles, nada más