Un día común
Uno de los días normales de la vida, la rutina comprendía en levantarse al oír el despertador, tomé una ducha, hice mis necesidades, salí del baño, me vestí con ropa adecuada para el día y procedí a dirigirme al comedor a tomar desayuno.
Llevaba casi cuatro años de matrimonio, pero las apariencias eran otras, pues mi esposo nunca estaba conmigo, ya que su trabajo comprendía estar algún tiempo en el mar, no teníamos hijos, pues eso fue algo de mutuo acuerdo, algo que ahora ya me estaba empezando a pesar, pues me sentía mucho más sola.
Había momentos en los que me preguntaba porque me sentía tan sola, si se suponía que estaba casada con el amor de mi vida, lastimosamente eso no evitaba sentirme por momentos muy infeliz.
Después de mis momentos de tristeza, decidí ir rápido a mi lugar de trabajo, no era de las empleadas más queridas, y eso justamente era por que daba la casualidad que una de las recepcionistas me había tomado como su enemiga, ya que una de mis primas había tenido una relación clandestina con el esposa de ella, algo que claramente no era de mi incumbencia, pero a muchas personas se les da como algo de suma importancia.
Era la mano derecha del encargado del departamento de marketing, un señor ya mayor, que si bien es cierto a veces solía ser una persona irritante, solo había que tenerle un poco más de paciencia. En el piso donde estaba la oficina en la que yo trabajo, también está la de presidencia y vicepresidencia, y las secretarias son mis amigas, unas con las que pocas veces converso, a decir verdad, pues no es que el tiempo nos dé para tanto.
Nuestro jefe general era un hombre un poco difícil, asumo que la responsabilidad tan grande que tiene es la que lo tiene de esa manera, Linda Owen quien es su asistente siempre tiene que andar corriendo de allá para acá ayudándole a resolver un sinnúmero de cosas.
Mi nombre es Alyn Muentes, nací en Murcia, actualmente tengo 27 años de edad, soy Ingeniera en Marketing y Mercadeo, lo que me hizo tener la oportunidad de poder acceder a laborar en esta importante empresa, como lo es AsisTech, tiene que ver con estudios de mercado en diferentes áreas, además de contar con una cadena de Hoteles y restobares.
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Mi jefe inmediato me confirmo el día de hoy que desea retirarse de su cargo pues se siente muy cansado, su esposa le ha pedido viajar, para disfrutar su vejez y el accedió, por ese motivo hablo con el jefe mayor para poder sugerir un ascenso a mi persona, ya que según el soy la calificada para el puesto. Me sentía sumamente complacida por como veía el mi trabajo, pero también muy nerviosa por el hecho de que tendría una reunión con el jefe de la empresa, un hombre que, a pesar de haber visto por solo dos ocasiones, le temía.
La reunión estaba pactada para dentro de 15 minutos, así que acudí al baño para poder relajarme de los nervios que fácilmente me estaban consumiendo. Sin más, me dirigí a la oficina del presidente y CEO de la empresa, toqué la puerta con nerviosismo:
-Adelante – se escuchó la voz a través de la puerta.
No había forma de que no se me notaran los nervios a flor de piel, la imponente mirada del jefe me tenía sembrada en el piso sin poder moverme, él un hombre de 1.78 de altura aproximadamente, vestido con un traje hecho a la medida, con el que se podía apreciar su bien trabajado cuerpo, el cabello n***o como la noche, pero con mucho brillo, y de ojos azules como el cielo, en sí, un Dios griego, hermoso por donde se lo mirara.
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Narrador
Lástima que a muchas personas se le acaba el encanto cuando abren la boca para decir cosas inadecuadas, ese precisamente fue el caso de Asiel Steve, quien emitía una mirada de desagrado, pues según él Alyn parecía del personal de limpieza, por la manera en la que vestía, aunque no estaba mal su ropa, a él quien era una persona perfeccionista, no le parecía lo más adecuado, más aún por el puesto que ocuparía desde ese día, razón que hacía que ella se encontrara frente a él en ese preciso momento.
Un momento más tarde, la situación cambio un poco, pues se dedicó a revisar la documentación que Alyn llevaba consigo, quedando satisfecho con el trabajo que realizaba ella. Dio concluida la reunión, no sin antes decirle que al siguiente día debía vestir con algo más adecuado para su puesto de trabajo.
Alyn tuvo que contener el coraje que le embargaba el hecho de que él hubiera tratado de humillarla por el simple hecho de vestir de forma sencilla, la comparo con personas de otro departamento, queriendo dar a entender que ellos valían menos, cosa que no es así pues ellos ejecutan un gran trabajo por la empresa, algo que sin duda alguna el no tomaba en cuenta por estar en su mundo. Una vez fuera pudo respirar y alejar de ella esos pensamientos desastrosos que tenía gracias a las palabras de su jefe.