—Padre, madre, no me quedare con los brazos cruzados, esa maldita humana no es mejor que yo, y se lo demostrare a todo el mundo, sobre todo a Benjamín. —Responde Isabella, quien con un porte elegante era el centro de atención de algunos otros hombres de poder, y sus acompañantes, el enojo era algo que salía de la mujer, claramente al ser una omega dominante, sus feromonas tenían mucho impacto hacia los demás. Pero, ahora mismo, no era el momento ni el lugar para enojarse.
La chica se negaba completamente a la idea de no ser la luna de aquel prestigioso imperio, ¿Por qué su diosa no pudo bendecir aquel compromiso arreglado? Estaba segura de que ella seria perfecta como pareja de Benjamín. Claramente, si Benjamín jamás lograba encontrar a su pareja destinada, no habría más opción que lleva
