—Es raro, no tienes un olor en particular, solo puedo percibir el perfume. — La misma se aleja, no bien lo hace alguien más se encuentra olfateando su persona, parecían perros a su parecer. Luego recuerda que se trata de hombres y mujeres lobo, los cuales tenían un gran sentido del olfato. — ¿Cómo has llegado aquí?
—Incluso si es de otro imperio debería tener un olor. — Nuevamente la miran con el ceño fruncido. Eso no era bueno, para nada. — ¿Cómo te atreves a venir aquí cuando nuestro alfa presentara a su luna?
—Señoras por favor, he venido aquí con Benjamín y Steven. — Aquello sale de sus labios, pero parece más una pregunta en sí, ha escuchado un gruñido venir por parte del grupo de personas que le rodean, no sabe en qué momento exactamente se encuentra contra la pared, estas personas la hacen sentir como conejo atrapado, y es que ahora mismo sabe que debió hacer caso a las palabras de Benjamín y mantenerse cerca de él, pero le gustaba desobedecer las órdenes.
Las cosas no pintaban bien, no, si solo se tratara de personas comunes fuera algo fácil, pero no, eran seres superiores tanto en fuerza como en resistencia. Lisa siente deseos de volver a su mundo, ahí estaba segura, quiere irse, definitivamente es lo que quiere siendo que ahora alguien la sostiene con mucha fuerza de su cuello, con un poco más de presión puede quebrárselo. No puede hablar y la respiración le falta, el mismo hombre que se acercó a ella de manera tan amable le mira como si fuera una simple rata, y es que dicho hombre, era un alfa y funcionario del gobierno, no toleraban a los intrusos y no eran para nada indiferentes en mostrar su odio por estos. Lisa empezaba a entrar en pánico, nunca hubiera esperado encontrarse en una situación así, no, no podía morir de esta manera, no cuando se supone que el hombre que la ha traído aquí debe cuidarla y protegerla por sobre todas las cosas. Entre hipidos y lágrimas ruega que no le hagan nada, no puede gritar ya que su tráquea está siendo comprimida por lo que la voz no le sale.
—Sera mejor que la sueltes, de lo contrario te arrancare el brazo…— Benjamín habla en un tono peligrosamente bajo, estaba por más decir que ha logrado librarse de las personas que le tenían ocupado, pero ha sentido la necesidad de ubicar a su luna, solo para encontrarse con que está siendo acorralada e intimidada.
—Mi señor, esta sucia mujer es una intrusa, no podemos identificarla como tal. — Una de las mujeres que ha acribillado a Lisa habla en defensa, Benjamín no lo duda más para dejar en el suelo al alfa inferior que se atreve a sostener el cuello de su luna de esa manera. La castaña en cuestión cae al piso tosiendo de manera desesperada buscando aire de todas las maneras posibles, está temblando y al borde extremo de romper en llanto.
—Te mataré si vuelves a faltarle el respeto a mi luna, infeliz. — Benjamín es quien ahora sostiene al hombre que se ha atrevido a hacerlo esto a su pareja, sus pies ya no tocan el piso, esto es de alarmarse.
Lisa esta impresionada, ahora mismo se encuentra en el piso, mirando como Benjamín no pretende soltar a aquel hombre, ha quedado aún más impresionada con el hecho de ver cómo le salen lo que parecen ser colmillos, su mirada azulada se torna oscura, sabe que, de quererlo así, Benjamín puede matar al hombre que sostuvo el cuello de Lisa. Si bien se encuentra temblando, no puede evitar sentir escalofríos, su cuerpo reacciona de esta manera por la presencia de Benjamín, si bien su habla aun no sale, siente que puede levantarse, y por extraño que parezca solo quiere estar cerca de aquel imponente hombre. Pase a que se tambalea, puede ponerse de pie, lo primero que hace es abrazarse a la espalda de Benjamín, puede sentirlo tenso, lo nota en la manera que respira.
—No…No le hagas daño, por favor… Ellos no saben nada. — Esto apenas y si es audible para Benjamín, ahora mismo solo quiere matar al funcionario. — Benjamín… Por favor. — Muy a su pesar, obedece dejando caer tan fuerte como le es posible al sujeto en cuestión, cabe mencionar que ninguno de los presentes se ha metido para salvarle, este se encuentra pálido, y es que no pensó jamás ser el foco de atención en la ira de su alfa.
Benjamín se vuelve para tomar mirar a su pareja, Lisa se impresiona ya que en el corto tiempo que ha estado presente no ha visto aquella expresión estoica. Muy diferente a las miradas que usualmente recibe por parte de este. Siendo tomada de la mano y alejada de cualquiera que les interrumpiera, la chica es consciente de que ahora están en una habitación. Deseando agradecerle a Benjamín por salvarla de una jauría de lobos (literal.) Más esta no encuentra las palabras adecuadas, en si se aleja un poco para poder hablarlo con calma. Este por otra parte parece que tiene una disputa interna, Lisa aclara su voz para hablarle.
—Benjamín…yo…— Antes de decir algo más, lisa siente en extrema la cercanía del cuerpo de Benjamín, y es que siente como este se inclina solo un poco para tener sus cuerpos tan cerca como les es posible, a esto la castaña siente nervios, si bien su cerebro le gritaba que lo alejara, su cuerpo no decía lo mismo, ya que el calor que emanaba del cuerpo tonificado del ojiazul se sentía muy bien, Benjamín empieza a frotar suavemente su cuerpo contra el de su luna, prosigue a dejar pequeños besos en su cuello haciendo que la misma se estremezca con fuerza, el cuerpo de la chica se mantiene rígido por fuera, más por dentro se siente derretir, quiere chillar, gritar e insultar a Benjamín, pero no puede.
Ciertamente el hecho de ser atrapada entre los brazos de Benjamín le hace pensar en lo bien definido que se encuentra su cuerpo, su pecho duro y sus facciones tan masculinas, no olvidemos el cómo las manos de este la recorren hasta tomarla de manera persistente de la cintura, apegándola mejor a su cuerpo. Para Benjamín esto era una buena excusa para poder disfrutar un poco de la privacidad y cercanía con Lisa, claro que, jamás la obligaría a hacer nada que ella quisiera. Mientras la antes mencionada siente su rostro caliente, seguro se ha sonrojado, ¿y como no? Ahora mismo piensa en el suave aroma que desprende Benjamín, no es molesto, no es empalagoso, es simplemente perfecto.
—Creo que con esto será suficiente. — Tomando espacio, Benjamín se aleja de su amada luna, sonríe por lo linda que se ve con el rostro en dos tonos más oscuros de lo que es realmente, se ha sonrojado por algo tan pequeño como su cercanía. — Bien, he impregnado mi olor en ti, así nadie podrá poner en duda que perteneces aquí de ahora en más. Y por favor, mantente cerca de mí. — Al decir esto, se agacha para poder ver mejor a Lisa, la cual sigue un tanto perdida en sus pensamientos por todo lo que ha escuchado.