Capítulo 47.

1041 Words
NO ES LA MISMA EDUARDO El oficial me llamó para decirme que ha estado buscando lo que le pedimos sin tener éxito, pero no sé rendirá, eso es de agradecer. Por otro lado, Jiménez quiere volver a hipnotizarme para se encontramos más detalles antes de volver a hipnotizar a mi hermana, así que voy en camino, quiero hacerlo lo más pronto posible. Ya en posición y listo para comenzar, Alfredo hace de las suyas. “— Cuando Tina y Fabi llegan al hospital, estoy desesperado, porque ocurrió algo. — Hijo, ¿qué pasa? — pregunta Tina — Nana, mi hermana despertó, pero... — ¿Pero? — Está mal, nana — ¿Qué tan mal? No me asustes, mijo — El doctor nos dirá, hay que esperarlo — ¿Pero qué fue lo qué pasó, hijo? — Despertó, pero no me reconoció, — explico — se puso como loca gritando, llorando y tratando de huir. — No debió ser fácil lo que vivió — Lo sé, nana — Tendremos que ser muy pacientes con ella. El doctor llegó para darnos su informe, ha dicho que sufrió una crisis nerviosa, no será fácil. La hemos dejado dormir por horas, aprovechamos para ir a casa a dormir y comer, luego regreso con la esperanza de que ya se encuentre mejor, pasaré la noche aquí nuevamente, he traído un libro que me permita permanecer en la espera sin enloquecer. Ella pasó la noche dormida, no sé si eso sea bueno o malo, sólo sé que ha estado en calma, al despertar, Valeria no recuerda nada de lo que le ocurrió cuando desapareció, se mira detenidamente las marcas en su cuerpo y noto cómo su rostro se va llenando de terror, me acerco a ella y... — Tenía la esperanza de que nos dijeras lo que te ocurrió — menciono — No recuerdo nada de eso, pero tengo mucho miedo — su respiración es agitada — Trata de estar en calma o volverán a sedarte — No, no quiero dormir más, quiero irme a casa, no quiero estar aquí, por favor, llévame contigo — suplica — Debemos esperar a que el médico te dé de alta — Por favor, por favor, dile que estoy lista para irme, de verdad no quiero estar aquí. Su respiración sigue agitada y realmente tiene mucho miedo, su insistencia por volver a casa me preocupa, quizá sólo quiere estar en su lugar seguro. El médico pide hablar conmigo a solas y yo accedo, me informa algo sobre un bloqueo en los recuerdos de mi hermana que lo hace pensar en situaciones muy graves a las que se tuvo que enfrentar. — Debido a la gravedad de la situación, nos vimos en la necesidad de armar un expediente para entregar al oficial de policía, creemos que su hermana sigue corriendo mucho peligro. — Gracias, doctor, sé que hacen lo que pueden, de todos modos pensaba informar al oficial que lleva el caso de mi hermana, quien sea que la haya retenido en contra de su voluntad, lo tiene que pagar. Mi hermana tiene moretones por todo su cuerpo, pero estos sanarán pronto, es su mente lo que me preocupa, ayer tuvo una gran crisis nerviosa y hoy ni siquiera recuerda cómo fue que desapareció. El médico me aprobó llevarla a casa, he llamado a Tina para que se preparen para recibirla, les he advertido que no es la misma de antes. Cuando llegamos a casa, Tina y Fabi intentan abrazarla, pero ella no permite que nadie se le acerque y se aleja de inmediato, ni siquiera a mí me ha dejado abrazarla o estrecharle la mano, siquiera, presiento que es peor de lo que pensaba. — Mija, nos preocupamos mucho por tí, — expresa Tina, — qué bueno que ya estás aquí. — Te preparamos tu comida favorita — comenta Fabi. — Gracias a las dos, pero no- no tengo hambre, quisiera ir a- a mi- mi habitación — responde Valeria — Debes estar fastidiada por tanto hospital, aquí estaremos por si necesitas algo — le indico — Sí, gracias. Valeria se va y nosotros nos quedamos en un lapso de silencio, angustiados por ella y luego de un momento, Tina rompe el hielo. — Mi niña no sonríe y casi no habla, no es la misma de antes — expresa Tina — Y además, no quiso ni probar la comida que le preparamos, definitivamente no es ella, — añade Fabi — ella nunca dejaría pasar desapercibida su comida favorita y mucho menos con lo comelona que es. — Tendremos que darle tiempo, Fabi, y tratar de comprender que no debió ser nada fácil para ella — explico — Tiene tantos moretones — Fabi llora al decir ésto y yo me acerco a ella para consolarla entre mis brazos, pues me enternece.” — Bien Eduardo, vayamos un poco más allá — dice Alfredo “— …Han pasado semanas desde que mi hermana regresó a casa y ésto se ha convertido en un caos, todas las noches se despierta gritando y llorando con crisis nerviosas, ha dejado de salir y casi no habla, a veces sólo pasa el tiempo leyendo en su habitación o en el jardín, noto que llora a escondidas de todos y me mata verla así cada día, no puedo con ésto, debo ayudarla de alguna manera. — Valeria, ¿cómo te sientes hoy? — le pregunto — Bien, Lalo, no te preocupes por mí, ya se me pasará este mal momento — sé que lo dice para evitarme una preocupación — Lo sé, es sólo que... — ella me mira como si adivinara lo que le diré — el oficial me preguntó si has logrado recordar algo. — Quisiera, de verdad quisiera poder recordar algo, pero mi mente no coopera, en cuanto lo intento comienza a dolerme la cabeza y... — No te preocupes, ya llegarán los recuerdos algún día — Sigo teniendo mucho miedo, Eduardo, no quiero ver a nadie, por favor, no me obligues a salir de aquí — Tranquila, no es necesario que salgas — Pero querrías que termine la preparatoria y yo… — ella se agita y lo nota, hace una pequeña pausa para recuperar el aliento y continúa — no estoy lista para...
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