Capítulo 52.

1075 Words
EN MANOS INCORRECTAS FABI No puedo creer que Eduardo esté detenido por el ataque a Valeria, es una equivocación, él jamás lastimaría a una mujer ni mucho menos a Valeria, el oficial me va a escuchar nomás que me reciba. — Oficial, tengo por Eduardo, a estas horas ya debe saber que esto es un error — Lo siento mucho, señorita, pero no se trata de ningún error, el señor Eduardo de los Ángeles es culpable de todo — ¡No, él jamás haría algo así! ¡Tiene que creerme, yo lo conozco de toda la vida! — No se esfuerce en tratar de convencerme, la justicia no funciona así — Es que ni siquiera funciona, fíjese en tanto tiempo para atrapar al culpable y ahora me sale con que detienen a un inocente, si ya decía yo que tanta cooperación de su parte no era normal — Señorita, le voy a pasar esta ofensa sólo porque veo que está alterada, pero la siguiente vez la encierro también — Es que usted no me está entendiendo, ¡Eduardo es inocente! — Entonces, le sugiero que lo pruebe — ¿Y eso cómo es? — Con evidencias — No, pos, tan bueno, yo le traigo lo que necesite… SANDY Alan me acaba de informar lo ocurrido con Eduardo, no puedo creerlo, él es incapaz de hacer algo tan terrible, ¿Cómo se les ocurre pensarlo siquiera? Pobrecito, debe estar sufriendo mucho,tengo que ayudarlo. ¡Esteban, el puede defenderlo! Tomo el teléfono y me comunico con él de inmediato. — Esteban, qué bueno que contestas — Mi vida, ¿Qué pasa? Te escucho alterada, ¿Le pasó algo a Renata? — Renata está bien, te hablo para pedirte un favor enorme — Te escucho, ¿De qué se trata? — Es Eduardo, está detenido — ¿Eduardo? ¿El hermano de Valeria — Sí — ¿Pero por qué?... Le explico lo sucedido y él me asegura que irá de inmediato, ojalá pueda sacarlo ya mismo de allí. MANUEL Mi Fabi debe estar muy preocupada por Eduardo, quizá deba ofrecerle mi apoyo incondicional a ella y a Tina, y claro, a toda la familia, voy para su casa… No, ¿Cómo para qué? Yo qué podría hacer? Solamente la mortificaría más, mejor espero a que sea ella quien me busque. ESTEBAN Ay, mi querida Sandy, esperaba la llamadá de cualquier m*****o de la familia para pedirme este favor, menos de ti, ¿Será que te has enamorado de ese imbécil? Lo siento mucho por tí porque él se pudrirá en la cárcel y de eso me encargaré personalmente gracias a tí. No cabe duda que al que es astuto, Dios le ayuda. Me presento ante el oficial como el abogado de Eduardo y me explican todo lo concerniente a su situación, solicito que permitan hablar con mi cliente y me muestro ante él con una cara de solidaridad que ni yo mismo me creo, si supiera que sólo lo hundiré más. — Esteban, ¿Qué haces aquí? — pregunta — ¿Lo olvídate? Soy abogado y estoy aquí para defenderte — ¿De verdad? No me lo esperaba — No te preocupes, sé que yo tengo la culpa, pues mis actos han sido muy erráticos, pero estoy mejorando gracias a mi psicólogo — Me alegra mucho por tí y por Sandy… y por Renata, claro, son una bonita familia — creo que éste se ha enamorado también de mi Sandy, si supieras… — Gran, Eddy, yo lamento mucho lo que estás pasando y aunque no podré llevarte conmigo está misma noche, prometo que te sacaré de aquí muy pronto — Gracias, de verdad, muchas gracias, aunque ya no nadie me dice Eddy — Lo siento, los viejos tiempos — No pasa nada. Lo único que quisiera pedirte, suplicarte, de ser necesario, es que les digas a todos que Valeria no debe enterarse de que estoy aquí por ningún motivo — No te preocupes, yo me encargo, quédate tranquilo. Muy conveniente para mis planes, así ella no intentará recordar nada y te hundiré cada vez más. ALAN Sandy me avisó que Esteban se está haciendo cargo de Eduardo y aunque no me cae bien, le agraiel gesto, pues sé que es un gran abogado. Ahora debo pensar en la explicación que le daremos a Valeria cuando pregunte por Eduardo. — Mi amor, pensé que estabas en el antro — Manuel y yo decidimos volver pronto ya que no hay ningún problema por resolver. — Me alegra que estés aquí, así podremos cenar todos juntos — Claro, mi cielo, voy a cambiarme de ropa y te alcanzo en el comedor — Bien, le diré a Tina… VALERIA Fabi no ésta, dice Tina que salió con Eduardo, no me contó nada, de seguro es para algo de la boda, con lo atareada que ya esato y yo sin poder ayudarla, al menos Alan cenará con nosotros. ALAN Le escribí a Fabi para informarle que Valeria no sospecha nada y así armar un buen pretexto para su ausencia, bajo al comedor y ya Tina le dijo que andan juntos para algo de la boda, qué alivio, aunque esa mentira no durará mucho tiempo. — Amor, no tienes que mentirme, — me dice Valeria y me quedo mudo al pensar que ya lo sabe — sé muy bien que regresaste porque estás preocupado por nosotros, pero estamos bien, te prometo avisarte en caso de cualquier cosa por más mínima que sea. — Perdóname, la verdad es que sí he estado muy nervioso por tí y por nuestro bebé — explicó aliviado — Así son todos los papás primerizos, hija, — explica Tina — incluso tú también lo eres aunque no te des cuenta, por todo se preocupan y por todo llaman a pediatra, cuando mi Fabi era bebé, lo llamaba hasta tres veces al día, pobre doctor, pero no se sientan mal por ello, al contrario, eso demuestra cuánto aman a su criaturita — Gracias, Tina, la verdad a veces pienso que exagero — comento — Nada de eso, mijo, y ya saben, en lo que me i experiencia les pueda ayudar, con gusto. — Yo insisto en qué no sé qué haríamos sin ti — expresa Valeria y en ese momento regresa Fabi con una cara que no sé cómo podrá disimular frente a Valeria. — Fabi, ¿Qué pasó? ¿Por qué traes esa cara? — cuestiona Valeria de inmediato...
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