Mycoples volaba al lado de ellos, pero no se molestó en comer. Tal vez porque era hembra, no parecía tener el apetito de Ralibar. Afortunadamente, Ralibar no comía humanos.
Una trompeta sonó en la distancia y Gwen fue finalmente capaz de dominar a Ralibar y regresaron para ver a los caballeros con sus armaduras sujetando las lanzas y alineados en el patio.
—¡El torneo está empezando! —le gritó Thor—. ¡No debo llegar tarde!
Gwen asintió con la cabeza y todos volaron hacia la Corte del Rey. Los torneos y las festividades del día estaban empezando y ella sabía que eso también significaba que la gente se formaría para hacerle una petición. Era hora de comenzar el trabajo diario de gobernar su reino. Como siempre, llegaba demasiado pronto.
Ambos volaron sobre la Corte del Rey, los dragones
