Sócrates observaba a su nuera organizando los books fotográficos de sus modelos en la habitación con vistas al lago que había adaptado para ella y su trabajo. Aline era una mujer hermosa, a veces difícil de descifrar, pero dueña de una belleza que podría enloquecer a cualquier hombre. Por ese motivo Sócrates entendía que tanto su hijo como Will habían perdido la cabeza por ella. Sócrates tenía a Josh de su parte para acabar con William, pero también necesitaba tener a Aline o por lo menos convencerla a aceptar el regreso de Will a aquella familia, pues de lo contrario Joshua podría cambiar de opinión y no podía perder el apoyo de su hijo. -¿No descansas hija? -preguntó Sócrates con fingida preocupación y Aline lo miró por el rabillo de ojo. No tenía mala relación con su suegro, per