Cuando termino mi jornada le envió un mensaje a Teo para dejarle saber. Solo quedamos a la espera de la reacción del cliente, la cual espero sea la mejor porque a mí me encanto el resultado y estoy segura de que Luis va a darle un acabado magnífico. Afuera del edificio donde se llevó a cabo la sesión de fotos, me debato entre ir al ático de Elliot o ir a mi casa. Sin embargo, la decisión es más fácil cuando de reojo veo a uno de los fotógrafos que vende mierda a las páginas de la prensa rosa. Resignada a mi suerte, tomo un taxi y me dirijo al ático de Elliot. Sé que ahora debo mantener mi postura y no ceder a mis instintos. Menos dejarle ver mis debilidades. Mientras intento mantenerme serena no puedo evitar pensar en su pregunta. ¿Acaso piensa que mi madre sería capaz de…? Niego.