Pantalón jeans n***o de tiro alto, crop top estilo camiseta de color ocre y botines negros con detalles plateados de tacón medio, un maquillaje sencillo y el cabello suelto, con esa imagen se encontró Priya cuando llego al instituto ese viernes por la mañana. Si las cosas iban a estar así Victoria no tenía problemas en seguirle el juego a JJ con respecto a sus coqueterías con otras personas, nunca le gustó llamar la atención sin embargo el momento lo ameritaba en exceso.
- ¿Qué bicho te picó?- preguntó Priya viéndola de pies a cabeza.
- Nada, simplemente quise volver a mi ambiente natural.- movió sus manos de arriba hacia abajo mostrando su vestimenta.
- Parece como si estuvieras de cacería...- comentó con picardía.
- Puede ser que deje a JJ y me declare soltera.- ambas entraron.
La ventaja de ese lugar era que los dejaban vestir como ellos quisieran siempre y cuando no fueran demasiado extravagantes o con escotes pronunciados en caso de las chicas, Priya solía ir de pantalones y blusas sueltas con muchos accesorios, sobretodo pulseras delgadas con bonitos dijes, caso contrario a Victoria que solo llevaba un anillo muy delgado de oro y un zafiro, un collar fino también de oro que tenía dos dijes de corazón y que por uno de ellos se pasaba la cadena para ajustarlo, cuatro pares de aretes pequeños y un reloj.
- Mira la cerebrito quiso sentirse popular.- dijo Abby parándose frente a ellas.
- En mi vida quisiera ser una víbora como tu.- respondió Victoria.
- Quieres igualarme y no mientas que es obvio.- la vio de pies a cabeza de forma despectiva.
- Yo se usar tacones y cuando los traigo camino con elegancia y no como una cuervo carroñero.- la empujo para quitarla de su camino.
Abby era de esas chicas rubias de ojos claros que se sentía mejor que todos por ser bonita y en su tiempo quiso meter a Victoria en su grupo sin embargo ella las detestaba, al rechazarlas Abby quiso hacerle una broma pesada a Priya, pero la broma le salió mal por intervención de Victoria, ese día ambas llevaban tacones y la pelinegra sabía manejarlos mucho mejor que la rubia dejándola más que humillada frente a todos.
- ¿Crees que algún día se canse de j***r?- pregunto Phiya entrando al aula.
- ¡Esa boca Priya!- regaño el profesor Evans.
- ¡Lo siento profe!- se disculpó con una sonrisa inocente.
- El día que esa bruja deje molestar usare un vestido.- dijo en burla sentándose.
- ¿Por que tanto odio a los vestidos?- Priya se sentó sobre la mesa- Son tan hermosos y te hacen ver femenina ademas de sexi.- comento sonriendo.
- Puede ser, pero con un vestido no te puedes sentarte así.- se reclinó sobre la silla y abrió las piernas en una posición de relajada muy poco femenina.
- Las damas no se sientan así...- Priya le dio un zape en la cabeza.
- Las damas tampoco se sientan sobre las mesas.- Victoria soltó una risita mordiendo su labio inferior.
La clase de matemáticas dio inicio después de que la campana sonara, el profesor Evans era bastante dinámico para dar sus clases o de verdad estas serían una cita directa con Morfeo así como eran con el profesor de historia que su voz era mejor que el cloroformo, durante el receso ambas fueron al baño ya que a Priya no le gustaba ir sola.
- Dicen que antes aquí era un cementerio y después construyeron la escuela por eso se aparece una niña.- dijo la morena dentro de un cubículo.
- ¿Por qué una niña?-Victoria sonrió retocando su labial- Debería aparecer un hombre bien sabroso que haga bailes en bóxer.- se burló.
- Solo te falto pedirlo con una tercera pierna...- salió del cubículo y se acercó al lavamanos.
- No se si me gustaría ver algo así.- la vio por un momento.
- ¡Golosa!- Priya hizo su voz más grave escuchando como su amiga se partía de risa.
Su siguiente clase era ciencia y ahi Victoria se desconecto por unos minutos de la clase pensando en que ese día se suponía saldría a comer con JJ pero el chico lo había cancelado, la profesora notó su distracción y entonces comenzó a bombardearla con preguntas las cuales por suerte respondió bien pues no estaba tan desconectada de la realidad, al salir quedó de esperar a Sebastian, Sarah y Mariana para ir a almorzar a algún lugar, los estaban esperando fuera del edificio cuando Victoria noto a un chico que conocía bien recostado sobre su auto esperando a alguien.
- Dante...- lo llamó acercándose a él.
- Hola Victoria.- el chico sonrió al verla.
Dante era el hermano mayor de JJ y por tanto su cuñado, además de el mejor amigo de Tom en la universidad.
- ¿Esperas a JJ?- preguntó ella curiosa de saber la verdad.
- Si, iremos a comer y después a surfear ¿No te dijo?- eso le cayó como balde de agua fría.
- No, bueno es que yo le dije que no porque tengo trabajo que hacer.- dijo Victoria rápidamente.
- Es una pena, iríamos con otros amigos y una chica nueva.- dijo Dante ajeno a todo.
- Nos vemos otro día.- se fue sin dejarlo decir algo más.
Victoria se fue sin esperar a Priya y los demás, se sentía realmente mal por lo que Dante le había dicho, se supone que iba a cuidar a su prima no iría a surfear.
- ¿Donde esta Vicky?- preguntó Sebastián cuando estuvieron todos juntos.
- Se fue, creo que se enteró de algo que la hizo irse.- comentó Priya preocupada.
- Quizás Dante tiro de cabeza a su hermano.- dijo Sarah.
- ¿En qué sentido?- preguntó Priya alzando una ceja.
- Bueno... hay rumores de que JJ está muy interesado en Vanessa, una chica de primer año y con la que ha salido un par de veces a escondidas de Victoria.- contó Sarah.
- ¿Por qué no hablaste antes?- cuestiono en reclamo Mariana.
- No tenía pruebas, él lo iba a negar y yo iba a quedar como mentirosa.- se encogió de hombros.
Los cuatro salieron hablando sobre lo que hacía JJ a espaldas de su novia.
- Deberíamos ir a buscarla y hablar con ella, debe necesitar apoyo.- dijo Sebastián.
- El problema es que no tengo idea de donde fue y no responde mis llamadas.- Priya comenzaba a ponerse nerviosa.
En lo que pensaban donde pudo haber ido Victoria los sobresaltó el claxon de un auto, la morena lo vio y sonrió ya que de este bajo Tom.
- ¿Donde esta?- pregunto de inmediato al no verla.
- Se fue sin decir nada y no sabemos donde está.- respondió Priya.
- Dame un resumen.- Tom sabía que algo le pasaba.
Eran mejores amigos y se conocían demasiado bien en todos los ámbitos y él sospechaba de algo, los cuatro le dieron un resumen de lo que había pasado y los posibles motivos por los que Victoria se encontraba mal ya que ellos no estaban seguros de la cruel y cruda realidad, sin más Tom subió al auto y se fue a buscarla.
Victoria disfrutaba ir a pasar el rato a un pequeño local que estaba junto a la playa, quien lo administraba era un señor mayor que siempre andaba con una sonrisa y atendía a todos con una gran amabilidad, estaba sentada en una mesa que daba frente al mar, la briza marina movió su cabello mientras un par de lágrimas se deslizaban por su mejilla, estaba realmente dolida por lo que supo gracias a Dante, ella sentía mucho cariño por JJ y no sentía justo que el chico le viera la cara de esa manera, una chica se acercó para darle el frozen de piña que había pedido.
Se limpio las lagrimas y le sonrió con amabilidad, sus ojos se volvieron a las olas que rompían en la playa, el reflejo del sol sobre el agua le lastimaba un poco los ojos irritados, pero era la única manera de que nadie se diera cuenta de que lloraba, no tenía ganas de volver a casa y tampoco quería llamar a nadie pues sería injusto arruinar un bonito día para su amiga, Tom por otro lado lo estaba pasando muy ocupado con las cosas de la universidad.
- Buon pomeriggio...- alzó la vista al escuchar y reconocer el acento italiano tan marcado- ¿Posso sedermi qui?- preguntó el hombre frente a ella.
- Avanti.- señaló la silla frente a ella.
Victoria había aprendido el italiano al mismo tiempo que aprendía el inglés y de una u otra manera lo practicaba a diario para no olvidarlo, solía ser arisca con las personas que no conocía sin embargo el hombre le daba la impresión de ser una buena persona, era un hombre bastante alto, tenía el cabello rubio y los ojos azules con tintes verdosos, las facciones masculinas bien marcadas y su perfume era bastante agradable.
- ¿Habla italiano fluido?- pregunto viendo a la chica.
- Si, es mi tercera lengua.- comento sin intenciones de presumir.
- Eso es bueno... lamento mi mala educación...- enderezó su espalda y sonrió- Me llamo Alberto Valentino.- extendió su mano cerrando los ojos por su enorme sonrisa.
- Un gusto, Victoria Barahona.- correspondió el saludo sonriendo también.
- Es un bonito nombre...- ella sonrió ante el acento que tenía, era hasta divertido oirle hablar.
- ¿Viene de vacaciones señor Valentino?- pregunto tratando de sacar conversación, cosa muy extraña de ella.
- ¡Oh... llámame Al, me siento viejo con el término señor!- dijo muy divertido- Vine por un viaje de negocios, pero me gusto mucho la ciudad y decidí tomarme unas vacaciones.- respondió a la pregunta de la chica.
- Eso es bueno.- le dio un trago a su bebida sin saber qué más decir.
La chica llegó a preguntarle si iba a tomar algo, Al pedir una margarita y le preguntó a Victoria si le gustaría comer algo, al principio lo dudo sin embargo eran ya las dos y no había almorzado nada así que termino pidiendo unas brochetas de camarón.
- ¿Qué año estudias?- preguntó Al cuando la chica se retiro, viendo un carnet de instituto colgando de la mochila en la silla de al lado.
- Estoy en el último año de instituto.- respondió Victoria.
- Apuesto a que tienes diecisiete años.- Al era bastante risueño.
- Si ¿Cuántos tiene usted?- lo estaba analizando y parecía que no tenía malas intenciones.
- Adivina...- Victoria soltó una carcajada- ¡Eso es hermoso, una señorita sonriendo y no con lágrimas en sus ojos!- comentó haciendo que ella lo viera a los ojos.
- Calculo unos veintisiete y si estaba llorando era por un buen motivo.- bajó la vista y se puso a jugar con sus pulgares.
- Casi lo adivinas, tengo un año menos y no creo que nada valga la pena el llanto, hay muchas cosas hermosas por las cuales reir.- se reclinó más sobre su silla.
- Puedo estar llorando por la muerte de alguien.- comento Victoria sintiendo de nuevo la brisa calida.
- No luces como si hubieras perdido algún familiar... adivino que debe ser por algún chico.- logró que ella lo viera de nuevo.
- Me acabo de enterar que tengo los cuernos más grandes que un alce.- Victoria se rio para no comenzar a llorar de nuevo.
- Eso esta mal y quizás amerite un par de lágrimas y los oídos de alguien.- comento Al recibiendo su bebida.
- No me lo tome a mal pero... ¿Que intenciones tiene?- alzó una ceja.
- Estoy aburrido y pensé en hablar con alguien que se la pase lamiendo mis zapatos o diciendome alavanzas... sin ofender.- alzó las manos.
- Para que quiera eso debe ser un hombre de negocios importante.- comentó Victoria con desinterés.
- En Detroit me rodean muchos asi.- se encogió de hombros.
Victoria no sabía si estaba bien confiar sus sentimientos a un desconocido sin embargo le inspiraba confianza y ambos comenzaron una conversación animada sobre parte de sus vidas e intereses personales.
- ¿Sabe manejar embarcaciones?- preguntó ella al escucharlo hablar de navegar.
- Si, tengo un yate aquí... Podrías invitar a tus amigos y los llevó a dar un paseo.- comento Al.
- Cinco jóvenes desaparecidos...- bromeo mientras comía sus brochetas.
- Que cruel, no soy asesino en serie.- negó con la cabeza.
- ¿Cuanto tiempo se va a quedar en Miami?- pregunto curiosa y ya un poco mas confiada.
- Un mes y medio, he quedado con unos amigos aquí y salir a pasear.- Al se limpió los labios con una servilleta.
Era un hombre bastante atractivo y llamaba la atención ya que los ojos de varias chicas se desviaban hacia él y hacia ella de forma fulminante, lo que quizás le daba un plus era su acento italiano muy marcado y que de vez en cuando mezclaba los idiomas.
- Es bueno que se tome unos días de descanso, tanto trabajo no cae bien.- suspiro pasando la mano por su cabello alborotando las ondas naturales que se formaban de la mitad hacia abajo.
- ¿Que paso con tu novio?- preguntó Al mientras la veia a los ojos.
- Lo típico...- dio otro suspiro- Quería jugar al macho alfa y tener dos novias, a su hermano se le escapó que hoy irían a surfear con la chica que está conquistando.- hizo un puchero y se encogió de hombros como si no le doliera tanto.
- Es una pena, mi padre siempre quiso que yo fuera así y hasta el sol de hoy no hablamos porque me negué a serlo.- confesó Al sin ningún problema.
- Me duele el trasero de estar sentada ¿Que tal si caminamos un rato?- invito Victoria.
Alberto acepto, ella lo sugirió pues ya estaba incómoda de todas las miradas que caían sobre ellos, quiso pagar lo que consumió sin embargo el hombre lo p**o todo y así ambos se pusieron de pie, era muy notoria la diferencia de estatura entre ambos, Victoria se sintió como una pulga al lado del fornido cuerpo y sin duda mínimo media un metro noventa.
- ¿Vienes aquí seguido?- preguntó Al mientras caminaban.
- Si, nos mudamos a Miami cuando yo tenía diez años y prácticamente nunca me negaron salir a pasear sola o con mis amigos.- comento Victoria echando su maletín al hombro.
- ¿Tienes trabajo?- preguntó de la nada.
- No, o bueno si pero cuando comienzo a estudiar renunció al trabajo.- Se hizo a un lado con brusquedad.
Un patinador paso sin frenos al lado de Victoria y para evitar ser golpeada se hizo aun lado con brusquedad chocando con Al, casi fue como chocar contra una pared.
- ¿Estas bien?- Victoria asintió- Estaba pensando en contratarte como mi guía turística.- sonrió con gracia dejando claro que era una broma.
- No estaría mal...- soltó una risita siguiendole.
El sol ya había bajado mucho su intensidad y pronto caería el atardecer, habían caminado por un buen rato y Victoria decidió ir a su lugar favorito para ver el atardecer aunque Al comento que ya debía irse.