Capítulo 4LOS vendió! Charisa pronunció aquellas palabras en voz alta y ahogada. Volvió a mirar, como si no pudiera dar crédito a sus ojos. ¿Cómo era posible que Gervais hubiera vendido algo tan precioso, tan absolutamente único? El Abad Mawdelyn había sido bautizado con el nombre de un santo del siglo XV, al que se le atribuían numerosos milagros. Pero Charisa siempre pensó que el Abad mismo era también de un santo. Los expertos en Arte acudían con frecuencia al Priorato para admirar los cuadros y sus otros tesoros. No cabía duda acerca de que la cruz y los candelabros eran algunas de las más valiosas piezas allí existentes. Difícilmente se podría señalar el año en que llegaron al Priorato, pero correspondían a la Época. No se conocía ninguna otra Iglesia ni Capilla en toda Inglaterra