Me remuevo en la cama, las sabanas son suaves y huelen a sexo, Patrick y suavizante. No sé cuánto hace que me dormí, lo último que recuerdo es su pequeña frase rondar una y otra vez por mí cabeza. Estoy boca abajo a su lado, vuelvo mi vista hacia su silueta, apenas hay luz en la habitación, esta boca arriba, una de sus manos descansa en su frente mientras la otra en su vientre, la sabana tapa lo justo para dejar todo su torso descubierto y la “v” pronunciada en su vientre bajo, su respiración es pesada y pausada. Me levanto lo más silenciosamente posible, camino en busca de mi bolso para ver mi celular, son las cuatro y media de la mañana, en unas horas tenemos que estar en la oficina y no tengo nada de ropa para ir a trabajar. Suspiro y me dirijo al baño, me bañare acá y luego tomare un