Giro sobre mi cuerpo tratando de seguir durmiendo, el peso de un brazo me rodea y lo único que puedo hacer es sonreír. Abro un poco los ojos para constatar que ya es de día, es la primera vez desde que Jeff tuvo su infarto que no tengo pesadillas y estoy segura que tiene mucho que ver con el adonis que duerme a mí lado.
Tomo su mano aferrando más el abrazo y asegurándome que su cuerpo quede bien pegado al mío. Es raro que después de tanto tiempo, tenga este tipo de deseos. Hace unos meses huía de los hombres y ahora daría lo que fuera porque este momento no terminara jamás.
- Buenos días nena – su voz es ronca y una pequeña risa sale de sus labios.
- Buenos días – me acurruco más. - ¿Cómo dormiste?
- La verdad… - besa mi cuello y
