Antes muerta que rendida

Un nuevo objetivo para Oriana.

No se puede negar de Oriana, a sus cuarenta y tantos años tienes unos encantos que cualquier jovencita envidiaría, un cuerpo bien perfeccionado por las manos de un excelente cirujano, y un rostro sin la más mínima arruga. Pero a pesar de toda la ayuda de los cirujanos ella es y siempre ha sido una mujer muy hermosa, muy difícil de poder pasar desapercibida. Oriana comienza a discutir con Lucia:

—Es increíble que viniendo nosotros de tan lejos nos hagan perder aquí el tiempo, de verdad que cualquier otra constructora se moriría, porque inversionistas como nosotros le apostáramos a alguno de sus proyectos—. Lucia pide disculpas, pero Oriana, sintiéndose muy superior la trata de forma muy despectiva. Leonardo se molesta e interviene.

—Me disculpa mi señora, pero no creo que sea la forma de tratar a mi asistente, si alguien aquí tiene la responsabilidad de la demora soy yo—. Oriana queda automáticamente impactada por ese apuesto ejecutivo, debe ser el gerente de esta importante constructora, sabe muy bien que si desea tan solo conocerlo un poco más la actitud que tiene en este momento no es la más apropiada. Se siente intrigada por tan apuesto joven, cree que le esperan grandes cosas aquí, en esta ciudad.