EL HOMBRE PERFECTO

1511 Words
El encierro no se ha hecho para ella, ha decidido salir a explorar un rato, se ducha y se viste de Jean n***o blusa de tirantes negra y su chamarra negra, elige unos tenis negros, no es muy buena para los colores chillantes. Con sumo cuidado baja las escaleras todo está en silencio, es de noche, entra a una habitación de las del primer piso, esta vacía, abre la ventana miro que no haya hombres armados a fuera, para su suerte está despejado. Salto con cuidado, vigilando que nadie la viera y sale corriendo de la propiedad. Al llegar a la carretera se relaja y coge aire está cansada de correr, miro un taxi, pero lo dejo pasar en eso recordó que no tiene dinero, decidió mejor explorar a pie la ciudad, al llegar a una calle cerrada y oír el bullicio de la gente, solventó explorar. —Disculpa, ¿Por qué tanta gente? —Indago a una chica que está emocionada. —Eres nueva. —La verdad, primera vez que vengo a un evento de estos. —Entiendo, Estamos por presenciar una carrera de autos, hoy correrá el guapo tigre. —En serio, ¿Quién es el guapo tigre? Tal vez tengo suerte de mirarlo. —Es el corredor favorito de todas las chicas, no ha perdido carrera, hoy lucirá su último modelo de auto, Inovoc lo ha retado. —¿Quién es Inovoc? —Es un hombre que se dedica a exportar los mejore vehículos de carrera siempre los exhibe en la carrera. —Gracias. —Decide acercarse, busca un sitio menos poblado para apreciar la carrera. —¡Que Lastima, el auto de Inovoc no participara! —Escucha a dos tipos hablar. —Si, yo más por eso vine, los demás no son rivales para el tigre. —Disculpen, ¿Por qué no participará? —Se enfermó el conductor del auto. —Me podría señalar quien es Inovoc. —¡¡No lo conoces!! —Soy nueva por aquí. —Ya me extrañaba, es aquel tipo junto a esas dos bellezas. —Gracias. —Se dirige hacia él, ahora está emocionada por participar, le encantan los retos y al parecer ese tigre es un reto mayor. Se apresura a acercarse aquel tipo, la adrenalina corre por sus venas, al estar a pocos metros de él, dos tipos le detienen el paso. —No puede pasar, la audiencia es por allá. —Le señalan el lado opuesto —Necesito hablar con Inovoc. —Ellos la ignoran —El jefe está ocupado. —Le dice otro hombre —Si muy ocupado, ya lo miro, ni que fuera ciega. —Se puso a gritar su nombre para llamar la atención de él, algo que dio resultado, él levantó la mano y los hombres le dieron paso libre. —¡¡Inovoc, Inovoc, aquí, Inovoc!! —¿Qué quieres chiquilla? —Consiguió su cometido. —Quiero correr tu auto. —¿Qué? Acércate estás loca, crees que te dejaré tocar mi bebé. Sabes cuantos millones vale, acaso te escapaste de algún manicomio. —Soy corredora de autos de carrera, dicen que tu bebé es rápido, déjame probarlo, talvez te haga ganar algo. —¡Estás bromeando, verdad! —No, solo muéstrame los kilómetros que se corren y las rutas, lo demás déjamelo a mí. —Si lo dañas tienes con qué responder. —Desde luego. —Mintió, las ganas por probar ese auto la hicieron perder la razón. —Firmarás un contrato por la suma de lo que cuesta esa preciosura. Solamente así te dejaré conducirlo. —Hecho. Si gano que me darás. —Ganarás las apuestas que fueron puestas en tu contra. —Me parece justo. —Ella sabe que al verla subir a ese auto nadie apostara por alguien al que no conocen. Él le entrega las llaves del auto y la ruta, es calle lineal no hay problema con eso, se sube al auto, todo mundo se queda en silencio al ver que es una mujer joven la que se está subiendo al auto de carrera. Tal como lo predijo, la mayoría aposto en su contra, se coloca el casco y enciende el motor. —Bebé esta noche correremos juntos, enseñémosles de que estamos hechos. La chica rubia se para en medio de ellos, son cinco autos que están listos para competir, cuando la rubia da la orden de salida, Aby hace chillar las llantas en el pavimento. Sonríe al sentir el potente motor de ese auto, llego el momento de demostrar de que está hecha. Acelero superando a tres de los autos competidores, Inovoc está nervioso, en que cabeza se dejó llevar y permitió que esa mocosa se subiera a su auto, con temor miro las imágenes en su celular, hay cámaras en todo el trayecto hasta la meta final. Al llegar a la meta tienen que dar la vuelta y regresar al punto de inicio. Aby logra alcanzar al último rival, empuja con el pie el pedal hasta el fondo. Ambos hacen el retorno, llevan una carrera paralela, ninguno quiere ceder el primer lugar, ambos se la juegan en la carretera, el auto que ella corre es color rojo y su contrincante es blanco. La carrera es bien reñida, ella hace una maniobra muy arriesgada, que hace dudar al contrincante y eso le da una ventaja mínima, sin embargo, esa le da la victoria por pocos segundos. —Gané, si lo hice, nuevamente el huracán Aby hace de las suyas. —Ella celebra sola dentro del auto, ella está por salir cuando ve que el conductor del segundo puesto, se quita el casco y no es otro que Sergey el amigo de su hermano. Se baja sin quitarse el casco, Sergey quiere felicitarla, pero ella lo evade, Inovoc la suspende por los aires, felicitándola, está muy emocionado, la verdad que ninguno de sus corredores le había ganado Sergey. —Chiquilla lo hiciste, esta es tu recompensa. —Le entrega el dinero. —Gracias, me tengo que ir, me quedo con el casco como trofeo. Sale corriendo de allí, todos la quedan buscando para celebrar, sin embargo, Inovoc la queda cubriendo, Sergey se quedó boca abierta cuando Inovoc le dijo que había sido vencido por una mujer joven. —¿Sabes quién es? —Apareció de la nada y se fue de la nada, ojalá supiera quien es, me gustaría que fuera mi corredora de autos. —Búscala me interesa. —es una mocosa, a ti no te gustan ese tipo de mujeres. —Si la encuentras me avisas. —Inovoc es su hermano menor, es un aventurero, le gusta organizar carreras clandestinas. —Si claro. Como si supiera quien rayos es. Aby cogió un taxi y se subió, ahora tiene dinero para pagárselo. No sabía la dirección, pero si la calle, ahí la dejó, ella caminó hasta la propiedad de su hermano, su corazón aún lo siente agitado, trae el casco en la mano. —Porque un hombre como él estaba en ese sitio y compitiendo. ¿Será que no es tan rico como aparenta? ¿Se abra hecho la fortuna corriendo en carreras clandestinas? Tengo tantas preguntas, ni modo que se las pregunte a él, será mejor que me olvide de ese asunto. Observó que no haya moros en la costa, se escabulle entre las plantas cuando unas manos la suspenden de la chamarra, ella dio una vuelta en el aire deshaciéndose de la chamarra, su hermano quedo asombrado. —¿Dónde demonios aprendiste hacer eso? —Hermano. —De donde vienes, entra a la casa tenemos que hablar. Esta mocosa traviesa. —No soy ningún hámster para estar encerrada. David la jala de la mano y sienta en el sillón, está frustrado sobre todo asustado al ir a su recámara y no encontrarla por ningún rincón de la casa. Solo de pensar que le iba a decir a su padre lo asustaba. —¿A dónde fuiste? ¿En qué demonios estás haciendo al salir sin mi permiso? —A echar un vistazo. —Hermana esta ciudad es peligrosa, porque no me dijiste, sales y entras cono si fueras una ladrona y ¿Ese casco? —¡Ah! Me lo encontré en la calle. —¡En serio! —Está bonito, verdad. —Si, bueno ese no es el asunto, sin mi permiso no vuelves a salir, entendido. —Está bien. Tu casa, tus reglas. —Eso se oye mejor. Ahora vete tu habitación. —Hermano una pregunta ¿Por qué hay hombres armados en tu casa? —Ya te dije que esta ciudad es peligrosa y hay muchos ladrones. —¡Ah! Me voy a dormir entonces. —No salgas sin mi permiso, ahora comprendo a mi padre. Ella se encerró en la habitación, busco un lugar especial para su trofeo, era un casco muy lindo con muchos detalles y tiene un logo extraño en la parte trasera. Ella no dejaba de pensar en el amigo de su hermano, ahora le parecía más llamativo. —Aby has encontrado a tu hombre perfecto.
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