ELIZA
La siguiente mañana, comenzó a un peor, recibí una llamada de la mujer donde tengo mi tienda de vestidos de novia, alegando que la tienda estaba dañada, a pesar de que no habían robado nada, la vandalizaron, y dañaron la mayoría de mis diseños. No quería seguir molestando a Helen, pero es la única persona en la que confío y sé que ella me ayudará si se lo pido. Me bañé rápidamente y me vestí con lo primero que encontré, como ni siquiera había desempacado mis cosas la noche anterior, pues tomé algo sencillo y salí de la habitación.
Helen se encontraba a punto de irse a trabajar, pero en cuanto escuchó mis pasos se detuvo al instante, sobre todo al verme tan descompuesta.
—Parece ser que no pasaste una buena noche Eliza —negué con la cabeza.
—No es eso, es solo que mi tienda ha sid
