Ishla entra al hospital que su madre le dijo que se encontraba su hermana recluida. En su desespero a la sala de espera donde rápidamente abraza a sus padres para brindarles consuelo, está segura que su hermana mayor estará bien.
—¿Qué les ha dicho el médico? —pregunta limpiando las lágrimas de su madre. Le duele verlos tan afligidos.
—Aún nada, no han salido a darnos razón de ella. —contesta la mujer mayor.
—Vamos a esperar calmados. No resolvemos nada con pensar lo peor. ¿Con qué síntomas la trajo Ángel? —Su padre niega.
—No nos dijo, solo nos informó para que viniéramos a acompañarla, pues él no se iba a quedar. —explica el hombre con tristeza.
—Ese mal nacido, si le hizo algo a mi hermana lo mato. —Ishla aprieta sus puños con impotencia. A los pocos minutos sale el médico llamando a los familiares de la mujer.
Los tres se acercaron al médico.
—¿Ustedes son los familiares de la señora Zainz? —los tres asienten.
—¿Qué tiene mi hermana? —pregunta Ishla impaciente.
—La señora tiene una aneurisma torácica, necesitamos hacer una intervención de corazón abierto lo más pronto posible. Lo que ahora me preocupa es que mirando el expediente vi que la señora no tiene seguro médico y la operación y tratamientos es algo costoso. —aclara el galeno.
—Por el dinero no se preocupe, usted haga lo que tenga que hacer para salvar a mi hija, yo respondo por ella. —dice Albert dispuesto a pedir un adelanto de su jubilación en su trabajo.
—Bien, voy a pedir el equipo que necesito, por la noche de hoy está estable. Yo les recomiendo que vayan a descansar, por hoy ella permanecerá en el área de intensivo cardiovascular, mañana les estaré llamando para que firmen los permisos y compromisos de p**o luego de la operación. En ese momento les explicaré todo en cuanto al tratamiento por los próximos 6 meses. —explica el galeno.
—Como usted diga doctor. Nos vemos mañana. —Se despiden y salen del hospital.
—¿Cómo vamos a pagar la operación, viejo? —pregunta Bárbara angustiada.
—Voy a hablar con él jefe para que me adelante mi liquidación. —explica Albert y Bárbara niega.
—No puedo permitir eso, si lo haces vas a tener que trabajar más tiempo y ya estás cansado. —susurra Bárbara sorbiendo su nariz.
—Yo voy a hablar con mi jefe, tal vez puedan darme un préstamo y se lo p**o a plazos. —interviene Ishla y la mirada de sus padres se ilumina.
—¿Harías eso por tu hermana? —pregunta su padre.
—Claro, igual lo haría por ustedes, solo que no prometo que me lo den, apenas llevo dos semanas allí, pero voy a hacer el intento. —dice más animada al ver que sus padres encuentran en sus palabras un aliento.
—Voy a pedirle a Dios que puedas conseguirlo, ya que tu padre está cansado para seguir posponiendo su jubilación. —habla Barbara e Ishla asiente convencida que es lo mejor. Ahora es poder hablar con él señor Lynx. Solo de pensarlo se pone nerviosa
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Ijov se despide de Lorenzo. La noche promete mucha acción, su novia es tan caliente como él, a su 28 años Collete disfruta de sus encuentros como ninguna. Esta ha decidido no ser madre, a Ijov no le molesta la idea de no tener dependencia, además de que está completamente seguro que Collete sólo es un ave de paso en su vida pues es muy poco el tiempo que se dedican, es todo un acuerdo conveniente para ambos.
La puerta del penthouse se abre dando paso a una candente pareja. Collette quitaba con desesperación cada botón de la camisa de su novio mientras sus labios eran devorados por este.
—Estoy ardiendo de deseo. —gime la mujer quien fue despojada de su ropa de manera salvaje.
Ijov besa el cuello bajando hasta los pechos de esta mordisqueandolos a gusto. La toma en brazos para subir a su habitación dejando parte de su ropa en el camino.
Ijov sonríe al verla tan húmeda para él. El pelinegro quita lo que queda de su ropa mostrando su poderosa erección.
Estaba muy caliente, le ardía la sangre, cerró sus ojos dándose cuenta que no estaba excitado por Collete. A su mente sólo venían recuerdos de Ishla, la conserje insípida que con sus gruñidos y belleza se había colado en su mente.
Abrió los ojos mirando como su pedazo de carne desaparecía en la boca de la mujer. Maldijo por lo bajo al darse cuenta que no era lo que él deseaba. Collette lo mira extrañada. Sentía como iba poniéndose más flácido, es la primera vez en el tiempo que llevan de pareja que le pasa eso. Ijov es un hombre ardiente que antepone el sexo a todo.
—¿Qué pasa? —pregunta Collete e Ijov niega.
—No tengo idea. —contesta este frustrado. No iba a reconocer que su mente le había jugado una mala pasada.
Collette palmea la cama, no podía ser que este la no la desee. Ijov se acuesta y la rubia comienza a estimularlo con sus manos mientras besa su cuerpo delineando con su lengua su cuadriculado abdomen. Ijov cierra sus ojos recordando los gruñidos de Ishla mientras limpiaba la alfombra con esmero en cuatro patas. Gimió al pensar que era ella quien lo estimula y comenzó a fortalecerse.
—¡Oh sí, sigue! —pidió y Collette volvió a llevarlo a su boca para devorarlo.
—¡Mmm! —saborea ella desconcentrando al hombre.
—No hables, solo súbete y gozatelo. —ordena con su voz enronquecida.
Collette se subió como una perfecta amazona, comenzó a cabalgando mientras él con sus ojos cerrados pensaba en Ishla, en su mirada tímida, quería gritar su nombre mientras la llenaba de su esencia. Llevó los pechos de Collette a su boca sacando gemidos más fuertes en ella, imaginaba que succionaba los de la joven mujer haciéndolo con devoción. Ijov voltea boca abajo a Collete para meterse entre sus piernas para hundirse en ella con ansias. Toma a Collette del cabello y como un animal en celos comenzó a arremeter contra el centro de su novia. Entraba y salía como nunca lo había hecho, los gemidos de Collete comenzaron a ser más fuertes
Este azotaba sus nalgas como hace mucho no lo hacía, extrañaba esas sesiones en la que la amarraba y le regalaba tanto placer que no necesitaba ser embestida para c******e varias veces.
—¡Si, si si, me voy… ahhhh! —Ijov siente como su novia se corre y sale de su coño para c******e sobre su espalda, poco le faltó para gritar el nombre de la mujer con la que tuvo sexo esa noche y no fue precisamente su novia.
Se tiró frustrado al lado de Collete. Maldijo por lo bajo al darse cuenta de lo que había pasado, era la primera vez que le pasaba algo parecido. Nunca, ninguna mujer tan insulsa se le había metido en la mente al punto de sólo tener una erección si la piensa.
—¿Estás bien? —ijov niega.
—No, lo mejor que puedes hacer es marcharte a tu casa, esta noche no soy buena compañía. —Collette asiente pensando igual, con Ijov tiene un buen acuerdo y un candente sexo, nada más, no es que exista el amor entre ellos y ella lo sabe, pues ese tempano de hielo que tiene por corazón no se enamora de nadie.
Collette recogió su ropa y salió del penthouse de su prometido para ir a su apartamento que estaba a dos cuadras de allí.
Ijov cubrió su rostro con sus manos.
—¿Qué demonios fue eso? —se cuestiona enojado.
Esa noche no pudo dormir, pues cada vez que cerraba sus ojos solo podía ver a la hermosa Ishla con ese mono de hombre cubriendo su cuerpo.