Capítulo 8

1437 Words
Los días pasaron con normalidad, dos semanas le tomó al detective Steve Kolton hacer un expediente de la joven mujer. Ese día Ijov llegó temprano a la empresa, para variar estaba de mal humor. Llevaba día añorando ver a la mujer que no salía de su pensamiento. Está claro que en esta poseerla, si no lo hace se va a volver loco. —Señor el señor Kolton quiere verlo. —dice Maritza. —Dile que pase, no quiero interrupciones mientras él esté aquí. —pide con su voz dominante. —Por supuesto, lo que usted diga. ─Maritza termina la llamada. Mira al hombre de algunos años más que ella y le sonríe coqueta. —Mi jefe dice que pase. —El hombre que solo se presentó por su apellido toma la carpeta y entra a la oficina de Ijov. —Me alegra saber de usted. —saluda Ijov levantándose de su asiento. —Aquí está la vida completa de la joven Zains. —dice el detective sin rodeos. —Perfecto. —Ijov toma el archivo que le dará la información necesaria para hacer que su cervatillo sea al fin suya. Ijov sonríe feliz, el día mejoró con esa sorpresa. Toma su chequera—. Espero que sea suficiente para cubrir el trabajo y dejarte una pequeña propina. —extiende el cheque que tiene cinco ceros detrás del cinco. El hombre abrió grandes sus ojos. —Cla… cla… claro señor. —Espero contar con tu completa discreción. —Steve asiente repetidas veces. —Sí señor, no se preocupe, tengo pecho y espalda, de mí no saldrá nada.—Ijov señaló la puerta y el hombre sale sin más. —Bien, mi cervatillo, vamos a ver que puedo usar para manipularte. —se dice abriendo la carpeta. Comienza a leer viendo en qué trabaja su padre, lo primero que tenía que hacer era pedirle al jefe de este que lo despida. Si tiene quien le ayude a pagar la deuda no va a aceptar ser suya. Continuó leyendo encontrando más cabos sueltos. Se encargaría de ellos hasta que al fin la tenga en sus manos. 💓💓💓 Ishla entró a su casa, la misma parecía un circo, su padre estaba acostado en el piso haciendo malabares con sus nietos. Ella solo pudo negar. Se sentía cansada, entre el trabajo y la universidad no la estaba pasando nada bien. —Te guarde comida. —dice Bárbara al ver el rostro pálido de su hija. —Gracias mamá, pero no tengo hambre guardalo para mañana, me lo llevo para el almuerzo. —La mujer mayor asiente con tristeza. Su hija cada vez la veía más flaca. —Claro mi amor, pero necesitas comer. —Ishla le regala una sonrisa. —Yo como mamá, no te preocupes por mí. —concluye Ishla entrando a su habitación. Al día siguiente como todas las mañana se levanta a regañadientes, siente que le faltan horas a la noche para descansar. Puso los cuadernos en su bolso y salió motivada a empezar el día con toda la actitud. Su madre le tenía la lonchera lista para que se lleve un buen desayuno y almuerzo. Ishla sale de la casa pero frunce su ceño al ver a su padre regresar cabizbajo. —¿Papá? —se acerca al hombre. —Ishla, cariño, no te has ido. —dice más asombrado, no se la quería encontrar, pues le daba vergüenza verla a la cara. —Papá, ¿Qué pasa? —pregunta preocupada. —No es nada, no te preocupes por mí, ve a trabajar, en la noche hablamos. —Ishla asiente no tan convencida, pero era tarde para tomar el autobús. 💓💓💓 Ijov recibió la llamada que esperaba, el comandante de la ciudad, quien le debía algunos favores a Ijov le dio la gran noticia. El problema estaba resuelto. Ni con la indemnización podían alcanzar el monto total de la deuda. Sonrió al espejo donde se arregla la corbata, era un gran día. Salió de su casa con energías renovadas, no podía esperar para entrar a la oficina y aspirar el aroma de Ishla. Ha soñado que la posee, que la hace delirar de tanto placer. Entra a su auto en el momento que su celular suena. —Hola —contesta encendiendo su auto. —Amor, hoy tenemos un compartir con Lorenzo y su novia, no podemos faltar. —dice Collette e Ijov blanquea sus ojos. Ella tiene razón, no pueden faltar pero él prefiere estar en el club, fornicar con cualquier prostituta a esos compartir en los que tiene que aparentar que son la pareja perfecta, un ejemplo a seguir. —Bien, Collette. Te veo allá. —termina la llamada dando un gran suspiro. Pone el auto en movimiento, tal vez nada sería igual cuando Ishla acepte ser su sumisa. Podría salir con ella a los clubes sin problema, pues a Collette nunca le ha molestado que el tenga sus sumisas. Ella sabe que es un juego de roles. Llegó a la empresa sumergido en sus más oscuros pensamientos. Maritza lo espera con cara de borrego. —Señor, disculpe pero tengo una emergencia. Quería preguntarle si puedo marcharme. —indaga la mujer. —Busca un reemplazo y te puedes marchar. —dice este y como por arte del destino el ascensor se abre dando paso a Ishla, que iba tarde a limpiar la oficina de presidencia. El autobús se le había pasado y tuvo que tomar otro que la dejaba unas cuadras más lejos. —¿Ishla tu sabes de tecnología? Osea, sabes de computadoras, tabletas y esas cosas. —Ishla asiente extrañada—. Perfecto, por el día de hoy serás la secretaria interina de presidencia. —Maritza toma su bolso. —Señor Lynx ya encontré mi reemplazo. —Ijov no pudo quedar más fascinado con el reemplazo de Maritza, es que el destino lo amaba mucho. Definitivamente ese día era un gran día para él. —Pero todavía me falta limpiar algunas … —Ijov levanta la mano para hacerla callar. —Efrain que haga tu trabajo hoy, ya mañana yo lo recompensaré. Tú para a mi oficina para que me leas mi agenda y anota algunas cosas. —ordena Ijov con esa voz que le eriza los vellos del cuerpo. —Cla … claro señor Lynx. —Ishla sin saber dónde está nada busca en los cajones para tomar la tableta. Por suerte las contraseñas estaban escritas sobre el escritorio de Maritza. Entró detrás de Ijov quien espero como todo un caballero a que Ishla entrará para cerrar tras ellos. Ishla al escuchar que la cerraba brincó del susto. —Tranquila, que no te voy a comer. "Aún no" — pensó muy sonriente. No tenía planes de comérselas, se la devoraría de cabeza a los pies. Ishla con su voz temblorosa comenzó a enumerar las cosas que Ijov tenía en agenda. Se dio cuenta que ser presidente de tan próspera compañía era muy tedioso, pues en un día Ijov tenía tres reuniones y el compartir con su novia. No entendió por qué ese hombre tan misterioso para ella, saldrá con su novia, le pega en su pecho. Bueno no podía negar que el hombre detrás de esa seriedad y el misterio que lo caracteriza es un hombre muy apuesto. No es raro que tenga novia o esposa. Sale de sus pensamientos cuando Ijov comienza a dictar una carta para enviar a las oficinas de su hotel en Nueva York. Ishla escribió lo más rápido que pudo, lo que no llegó a escribir trató de llevarlo en su memoria para no fallar. Salió de la oficina sin más, sentía que se ahogaba allí dentro, entre el aroma de hombre a macho alfa, y sus miradas indiscretas la tenía muy nerviosa. Ijov sonrió complacido al ver cómo la tableta temblaba en la mano de la joven mujer. Ese día será estupendo. Esperó dos horas y salió de su oficina. —Acomoda todo, vas conmigo a la reunión que tengo. —Ishla se miró y negó. —Disculpe señor, pero no puedo ir. —Ijov la mira altanero, como se atreve a contradecir su voluntad. —¿Perdón? —inquiere Ijov. —No se altere señor, no tengo vestimenta para acompañarlo. —explica Ishla haciéndolo entender lo que decía. Suspiró sabiendo que era cierto, de seguro debajo del mono de trabajo tiene ropa poco apta para reunirse con gente importante. No lo había pensado, es que para él ese mono le queda perfecto. —Está bien. —concluye resignado, sus planes se habían arruinado por una simple vestimenta. Este sube al ascensor dejando a Ishla allí sintiéndose triunfante.
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