Narra Oleg He perdido completamente la cabeza. Perdí mi mente, perdí el contacto con la realidad. Me he vuelto loco, y no hay manera de recuperarme. Gisell está en mi sangre, bajo mi maldita piel, y no puedo deshacerme de ella. No puedo arrancarla. La idea de que me mintiera, de que conociera a ese maldito bastardo, me consumía. Mirando ahora su expresión de sorpresa, se forma un resquicio de culpabilidad. Quiero centrarme en el ahora, en la parte de mi vida que puedo controlar y cambiar. No me siento culpable por haber matado a ese cabrón, ni me siento mal por haberle dicho lo que le dije. Necesito que tenga miedo. Necesito que sepa quién dirige el espectáculo. Esto era inevitable y tenía que suceder. Sin embargo, la culpa sigue ahí, pegada a mis huesos. Sabía que ella era inocente. La m