Noelia
Entramos al hospital por la madrugada, y ya casi cae la tarde y Valentina anuncia sus intenciones pero no se atreve a salir. A pesar de que me dieron la epidural, el dolor es intenso y para este momento del día yo estoy más que rendida al grado que ya no aguanto ni mi propio cuerpo.
―Ya casi Noe, ya casi.― Escucho que Roy me consuela mientras quita el sudor de mi frente.
Vuelvo a sentir otra contracción que me asusta porque acabo de salir hace un minuto de otra y pensé que me rompería en dos.
―¿Por qué no nos dicen nada? ¿Valentina está bien? ― Pregunto con un hilo de voz porque quiero guardar fuerzas.
―Está bien, todo bien.― Me consuela pero puedo ver el miedo en sus ojos.
¡Ahhhhhhhhhhhhhh! Vuelvo a gritar pero lloro más que nada. Agitada trato de tomar aire y la mano d
