—Dices eso porque solo pensabas en ti, pero mejor no digo mas, es suficiente con el peso de muertos que llevas.
—No, lo digo porque no tenía voto.
—¿Cómo un brujo no tiene voto ante los lobos? Con un chasquido puedes matarnos.
—Solo cuando nos hacen enojar de verdad.
—Claro y como hacer que mueran niños no es hacerte enojar de verdad —rueda sus ojos.
—¿Podríamos entrar ya o quieren seguir discutiendo como pareja?
Ellos entran primero y luego les sigo. Pedimos ver a Ross y nos indicaron su habitación, seguía siendo la misma y mis nervios de verlo, seguían siendo los mismos.
Al acercarnos, se encontraba Mathias y Zeus afuera vigilando la puerta. Mis sentidos están activados y los huelo, Meg y Ross estaban dentro.
—No sé si pueda hacer esto —retrocedo.
Calim iba a decirme algo, pero Alex se adelanta.
—Podemos regresar si quieres, pero créeme que te arrepentirás de no haberlo visto.
Me da una sonrisa y yo le regreso la sonrisa, jamás creí el poder que tenía un alfa, incluso teniendo a un brujo como aliado, siento que eso es muy valioso.
Respiro hondo, tomo calma.
—Gracias.
—Solo hago lo que haría Rocky —se sincera.
Gracias a él, tengo un aliado, Alex me contó que él lo ayudó a detener a su padre, a cambio de más libertad, pero traería consecuencias.
Aunque fingió huir para hacerle creer a Rocoso que aún sigue estando de su lado y que yo lo he obligado, y bueno, solo quiere prevenir su cabeza, hacerle creer que no está del todo conmigo y qué tal vez yo lo esté obligando.
Estoy segura de que Rocoso preferiría que Alex huyera antes que seguir mis órdenes, pero según Alex, Rocoso cree que es mejor tener a Alex cerca que lejos, o sea, le importa que esté en la manada, pero no que esté de mi lado.
No le importa si soy alfa, Rocoso no quiere su libertad, no hasta llevar a cabo su cometido, aunque después de que eso se cumpliera, no le aseguraba si lo iba a dejar libre, por su ambición.
Entro a la habitación y Meg voltea a verme con una sonrisa.
—Me alegro de que te hayas animado a venir, él te ama Star y seguramente es muy importante para él que vinieras.
—Tenía miedo… ¿Cómo sigue?
—Troy fue a sacarse más sangre.
—¿Sigue perdiendo sangre? —me alertó.
—No, pero le hace falta mucha sangre.
—No es que no me importe Ross, pero si Troy sigue donando sangre, quedará débil y en camilla hasta recuperarse.
—Solo quiere asegurarse de que la muerte de Rocky valga la pena, recuerda que ellos tres fueron muy unidos y se querían, no solo lo hace por Ross, sino por Rocky, le duele mucho.
—Entiendo.
Veo a Ross y tengo sentimientos encontrados, pero el que me domina es la culpa, tanto de sentir algo por él mientras que Rocky es mi amor y porque si no fuera porque me ama, no hubiera desafiado a Rocky y esto no hubiera pasado.
Yo no quería que luchará de esa manera por nuestro amor, yo sé que ellos tuvieron un acuerdo, que la pelea iba a ser una fachada para Rocoso, pero él fue muy astuto y previno todo a detalle.
A veces pienso que permitirse quedarse encerrado también es parte de su plan, pero con lo que me dijo Alex, Rocoso realmente no sé esperaba que Rocky se suicidara por su mejor amigo, creyó que me amaba tanto por ser su mate y que a pesar de ser un niño más, él tenía las bolas de actuar como tal y hacerse responsable de su hijo, porque así fue criado.
Nada es lo que parece y estoy aprendiendo de eso.
—¿Quieres quedarte a solas con él? —me pregunta Meg.
—Yo… no sé si debería.
—¿Cómo no? Hablamos de Ross, el mismo que conoces desde que fuimos cachorras.
Doy un suspira y ella se levanta de la silla.
—Lo tomaré como un si.
Toca mi brazo, me da una sonrisa y se va. Veo todo a mi alrededor, no me gustaba para nada como todo esto se veía, sentía que estaba en una habitación gris, como si estuviera a punto de morir.
—Ross, por favor despierta —le pido.
Me siento a su lado, miro su rostro y bajo mi mirada, se ve muy flaco, consumido y me da mucha tristeza, tanto que lloro.
Tomo su mano y la acaricio anhelando que despertara, por lo pronto siento algún movimiento y me asombro.
—¡Meg! —la llamo.
—¿Qué sucede?
Volteo a mirar y ella llega de inmediato.
—Se movió.
—¿Cómo que se movió? —se acerca.
—Si, sentí su mano moverse —dije feliz y con lágrimas.
Los demás también entran con emoción, Mathias, Calim, Zeus, Troy y Alex, bueno, Alex tenía su rostro serio, peor tampoco que le desagradara la situación o eso creo.
—Star —pronuncia Meg sin poder creerlo.
Yo me volteo y Ross tiene sus ojos abiertos, quedó en shock.
—¿Quién te hizo llorar esta vez? —dice un poco débil y levanta l mano para limpiarme las lágrimas.
No sabía que decir, Calim tenía razón, mi energía iba a despertarlo, pues si lloré, más no cayó ni una gota sobre él.
—Tu la hiciste llorar —escucho que Meg se ríe.
—Bueno, ya estoy en camilla, pero puedo hacerme algo por hacerte llorar —bromea él y me hace reír con estas lágrimas que cargo encima.
—Oye Meg, aquí traje ropa, pero no sé a qué enfermera debía entregárselo.
Ambos volteamos a la puerta, por la voz masculina que ha entrado. No había notado su olor, estaba concentrada en Ross.
—Papá —Ross se escucha sorprendido.
Él nos sonríe, yo también estaba sorprendida.
—Hola, me alegro de que hayas despertado.
—¿Cuándo llegaste? Yo… no espera, creí que estabas… —Ross se detiene al hablar.
—Meg me contó sobre eso, yo tampoco sabía que había muerto —bromea.
No sé si había visto el padre de Ross antes, pero es pelirrojo, con algo de pecas en su rostro, su cabello pinta pocas canas y el naranja domina su cabello, también tiene un mostacho que lo hace ver más guapo.