- Hermana, ¿por qué no viniste a la cena esta semana? – me pregunta Camila con voz triste. - Perdón peque, olvidé decirte que no voy a volver a las cenas semanales – le digo con todo suplicante. - ¿Por qué? ¿No me quieres volver a ver? – siento como su voz tiembla y está a punto de llorar. - ¡No! ¿cómo puedes pensar eso? Tú más que nadie sabe que te amo con toda mi alma y que la mayor ilusión para ir era verte, pero ahora que las cosas con Richard se acabaron y sabiendo como son nuestros padres, lo mejor es no volver – intento explicarle. - Pero entonces ¿cómo nos veremos? – escucho como pequeños sollozos salen de su cuerpo y mi corazón se parte en mil pedazos. - Pues buscaremos otras alternativas para vernos nosotras ¿no te parece mejor? Así no e