Brenan cruzó la puerta de la nueva casa de los King para encontrar a Theo y Dylan viendo fútbol. Cuando olieron a Brenan, sus cabezas se giraron y las sonrisas más tontas se extendieron por sus rostros. Ella esperaba que Theo corriera hacia ella pero no esperaba que Dylan viniera también. Él solía estar tan tenso con ella debido a su problema con la sangre, pero pensó que debía haberlo superado en los últimos ocho años y ahora podía manejarlo.
—¡Brenan!— Ambos exclamaron.
De repente estaba siendo aplastada por Dylan.
—¡Oh, Dios mío! ¡Mírate! ¡Ya no tienes dieciocho!— Dylan se quedó boquiabierto.
—Esta bien par de tontos— se rió— Tengo veintiséis años
Theo la robó de Dylan y la aplastó.
—¡Hermanita! ¡Bren ha vuelto! ¡Fiesta en la casa!— gritó Theo.
—No has cambiado nada, Theo— ella se rió.
—Dios, te hemos extrañado. No ha sido lo mismo sin ti— Dylan gimió mientras la abrazaba de nuevo.
—Ja. Antes ni siquiera podías estar cerca de mí ahora no puedes dejarme ir— ella le devolvió el abrazo.
—Superé mis problemas sanguíneos. Además, recuperamos a nuestra familia. Era como si nos faltara una parte— le explicó.
—¿Ella esta aqui?— Sonó una voz familiar.
Bonnie salió a la sala principal y corrió hacia ella, quien se sorprendió bastante cuando una vez malhumorada, chilló y la abrazó.
—¡Bren! Sé que no puedes creerlo después de cómo solía tratarte, pero te extrañé mucho. ¡Estoy tan contenta de que hayas regresado! ¡No nos dejes de nuevo!
—No me iré a ningún lado, Bonnie. Seattle es mi hogar y ahora que están todos aquí, realmente es mi hogar para siempre
—Estoy tan feliz de oírte decir eso— dijo con una sonrisa mientras bajaba a Brenan.
—¿Dónde está Gael?— preguntó Brenan mientras miraba alrededor de Bonnie.
—Debería volver a casa pronto. Está trabajando en el hospital aquí en Seattle. ¿Has comido?
—Sí. Comí antes de venir para no tener que perder el tiempo haciendo eso mientras estaba aquí
—Callie es agradable— comentó Buffy— Aunque un poco entrometida. No dejaba de preguntarme quién se suponía que era Carl cuando te estaba ayudando a vestirte
—Eso es porque a ella le gusta estar informada
—Ven, vamos a sentarnos— intervino Bonnie.
Los chicos tomaron el sofá y ella se sentó en una de las sillas de aire. Las chicas se sentaron en los brazos de cuero de la silla.
Todos giraron la cabeza cuando escucharon que se abría la puerta principal. Brenan se puso de pie como si estuviera lista para saltar sobre Gael. Podía sentir la energía magnética que siempre había surgido entre ellos y era como si la distancia y la puerta estuvieran tratando de mantenerlos separados. La puerta se abrió y comenzó a caminar hacia ella. Entonces su corazón comenzó a latir con fuerza cuando él cerró la puerta con llave y luego se dio la vuelta.
—Gael— Ella jadeó cuando lo vio.
Él dejó caer su bolso al suelo en completo shock. Cruzó la distancia que los separaba y la tomó en sus brazos.
—Brenan— Jadeó.
Enterró su rostro en su cabello. Repitió su nombre varias veces como si no pudiera creer que ella realmente estaba parada allí en sus brazos. Brenan no podía creer que finalmente se había reunido con él. Después de años de fantasear con su reunión, finalmente la estaba teniendo.
Si el corazón de Gael pudiera latir, estaría acelerado. Absorbió todo lo que había olvidado y todo lo que era nuevo. Brenan se había llenado y parecía más una mujer que una niña de dieciocho años. Él se apartó pero todavía la abrazó y la miró. Brenan parecía estar haciendo lo mismo. No había cambiado ni un poco.
—Bren, mírate. Ya creciste— Gael sonaba sin aliento.
—Soy humano. Hago eso, ya sabes— dijo en voz baja mientras levantaba la mano para acariciar su mejilla. Había querido tocarlo así durante tanto tiempo.
—Lo sé— Gael rió alegremente.
—Te he extrañado, Gael. Te he extrañado terriblemente— Una lágrima traidora se atrevió a rodar por su mejilla.
Él le pasó las yemas de los dedos por la mejilla y le secó la lágrima.
—Como te he echado de menos, Bren— Él la tomó en sus brazos de nuevo y simplemente la abrazó. Dejó escapar un suspiro que había estado esperando por correr durante ocho años. Había estado triste cuando Blair lo dejó, pero lo que más le dolía era saber lo que Joy le había hecho a Brenan y luego el dolor que vino cuando ella comenzó a ignorar a su familia debido a su dolor.
Brenan hundió la cara en el hueco de su cuello y percibió su olor familiar.
—Gael— ella murmuró.
—¿Sí, Bren?— Preguntó mientras acariciaba sus deliciosos mechones.
—Necesito decirte algo que he querido desahogar durante ocho años— susurró y ahora el nerviosismo comenzó a hacer efecto.
—Subamos a mi estudio— Susurró y luego se alejó. Él tomó su mano y luego la condujo escaleras arriba.
Se sentó en el sofá de cuero de la oficina de Gael. Su respiración era superficial debido al miedo al rechazo. Él se sentó a su lado pero puso una pequeña distancia entre ellos. Ella miró hacia la mesa de café y vio su libro sobre ella.
—¿Tienes una copia?— preguntó mientras señalaba la novela.
Él le sonrió tímidamente.
—Lo he leído tres veces— Admitió y sus ojos brillaron.
—Supongo que te gustó entonces— dijo, mientras el rubor inundaba sus mejillas.
—Brenan, te estás sonrojando— Gael se quedó boquiabierto. Cruzó la distancia entre ellos con la mano y tomó su mejilla en la palma de su mano. Ella se inclinó hacia su toque y suspiró.
—Me conmovió Bren, que nos encontraras lo suficientemente importantes como para escribir una novela. Espero que encuentres a tu Carl— Murmuró su última frase bastante triste.
—¿No lo entiendes, Gael?— preguntó ella.
Él la miró confundido y luego negó con la cabeza.
—El final es cómo deseaba que hubieran sido las cosas. En verdad, y nunca lo admitiré ante mis lectores, pero parte de la razón por la que me fui fue porque tenía miedo al rechazo— Volvió a respirar hondo y luego lo miró a los ojos— Cuando escribí mi novela imaginé que eras Carl.
Escuchó una inhalación brusca de Gael. Se preparó para todas las cosas que él pudiera decirle. Ella pensó que él le diría que era estúpida por soñar con él y por esperar. Ella pensó que le diría que necesitaba encontrar una pareja humana porque él solo la detendría. Tenía los ojos cerrados y cuando los abrió no encontró a un Gael enojado o desaprobador. En cambio, lo encontró sonriendo como nunca antes había sonreído. Él la atrajo hacia sí y la estudió más a fondo.
—Bren, no sabes cuánto tiempo he querido admitir mis sentimientos hacia ti. Desde que te vi por primera vez, no quería arruinar tu vida. Sabía que tu padre se enfadaría y luego Joy... yo estaba muy distante de Blair. Brenan, el final que le diste a Cat y Carl fue más allá de la perfección. Cuando leí la novela, seguí viéndote a ti y a mí y esperaba que eso fuera lo que estabas imaginando cuando la escribiste. Luego, cuando vinimos aquí tenía tanto miedo de que hubieras encontrado a alguien más. Voy a ser honesto, tu sufrimiento y aislamiento me dolieron más que la partida de Blair— Estaba jadeando ahora. Ella sabía que si su corazón pudiera acelerarse, estaría como el de ella, sabía que él podía escuchar su corazón latiendo tan rápido como las alas de un colibrí.
—Así que lo que estás diciendo es...— Ella jadeó con esperanza brillando en sus ojos.
—Que he querido ser el que amabas todos estos años. Entré en depresión cuando nos separamos, pensé que lo había perdido todo. Pero ahora, por favor, no me rechaces
Ella le sonrió y comenzó a reír.
—Nunca podría rechazarte, Gael. ¿Sabes lo feliz que estoy de que sientas lo mismo? Siento que podría cantar o correr descalza por el jardín— Ella lo abrazó y él le devolvió el abrazo.
—Dios, eres hermosa— Susurró mientras la sostenía cerca de él.
Se apartaron y ambos estaban sonriendo. Brenan mantuvo sus brazos alrededor de su cuello y se deslizó más cerca. Le encantaba su toque frio y su piel. Amaba su palidez y su cabello rubio y sus asombrosos ojos dorados. Sus rostros se acercaron más y Gael entrelazó sus dedos en su cabello. Había estado esperando este momento durante tanto tiempo. Sus ojos se cerraron y luego, en ese mismo momento, sus labios se rozaron. Él separó sus labios con los suyos y luego aspiró su olor. Era el aroma más dulce que jamás había olido y le dio ganas de saborearla. Cuando sus labios se cerraron sobre los de ella, ella gimió de placer. Estaba segura de que esto era un sueño y se despertaría con el corazón roto, pero cuando él gimió su nombre supo que esto era real.
Finalmente la mujer que había anhelado todos estos años estaba en sus brazos y ella sentía lo mismo que él. Un calor se extendió por su cuerpo que no había sentido en ocho años. Era ese sentimiento especial que solo Brenan podía darle. La electricidad que recorría a Brenan cada vez que él estaba cerca estaba zumbando fuera de control. La consumió y la hizo presionar sus labios más fuerte contra los de él. Para obtener un mejor ángulo, se movió hacia ella y levantó una rodilla sobre el sofá y debajo de ella. Su mano se deslizó hasta la parte baja de su espalda.
Cuando terminó el beso, ambos estaban sonriendo. Gael apoyó su frente contra la de ella y estaba feliz de existir.
—He querido hacer eso durante tanto tiempo— murmuró cuando su respiración se estabilizó.
—Como yo— Él susurró.
Entonces Brenan hizo algo que no esperaba, envolvió sus brazos alrededor de su pecho y él luego acarició su cabeza en su pecho y la apoyó allí. Mantuvo sus brazos alrededor de ella y suspiró con alegría. Ella era tan dulce y cariñosa. Estaba tan feliz de estar con ella así. Luego comenzaron a hablar sobre lo que habían estado haciendo durante los últimos ocho años. Gael estaba tan orgulloso de ella por ir a la universidad y lograr todo lo que tenía.
—Esto es bonito— Brenan murmuró mientras acariciaba el pecho de Gael.
—Sí. Se siente tan bien finalmente compartir contigo cómo me siento— Murmuró mientras colocaba un beso en la parte superior de su cabeza— Eres tan cálida, Bren. Es adictivo. Es como si pudiera perderme en tu calor— Él la abrazó más cerca y suspiró feliz.
—Eres agradable y genial. Supongo que el fuego y el hielo realmente van juntos— ella murmuró mientras jugaba con el botón superior de su camisa.
—Seré bueno contigo, Bren. Lo prometo— susurró mientras acariciaba la parte superior de su cabeza con la nariz.
—Lo sé, Gael. Confío en ti
—También confío en ti.
Luego escucharon los sonidos de los chicos compitiendo abajo. Él se rió entre dientes y luego se levantó, trayendo a Brenan con él.
—Veamos qué están haciendo todos
—Está bien— dijo con una sonrisa.
Ella lo siguió hasta la puerta y escaleras abajo.
Cuando Buffy los vio tomados de la mano, no pudo evitar chillar. Tocó a Bonnie y cuando lo vio ella también sonrió.
—Hola, Gael. Te ves feliz— Bonnie bromeó a sabiendas.
—Eso es porque lo soy— Intervino y luego sonrió con adoración a Brenan.
Ella se sonrojó pero miró a Gael con amor. Los seis pasaron la noche hablando y poniéndose al día con todo lo que se habían perdido.
—Así que Bren, ¿vas a escribir otros libros?— preguntó Dylan mientras estudiaba las emociones que surgían entre Brenan y Gael.
—Posiblemente. Estoy esperando a ver cómo funciona este. Ya es un éxito de ventas, pero quiero ver cuántas copias vende antes de pensar en otro. No estoy segura de lo que escribiría
—Si lo haces, estoy seguro de que sería genial— Gael comentó y luego la besó en la sien.
Ella tomó su mano y la llevó a sus labios. Presionó un beso en el dorso de su mano y luego sonrió.
—Entonces, ¿qué tienes planeado para mañana por la tarde?— preguntó Gael mientras le sonreía.
—Trabajo. Callie dijo que tengo algunos libros nuevos que quiere que lea para ver si son buenos
—Me alegro mucho de que hayas encontrado algo que te encanta hacer. Tal vez debería pedirte una opinión profesional la próxima vez que busque una buena lectura— Gael se rió entre dientes.
Luego, el reloj de pared del pasillo sonó indicando lo avanzada que era la hora.
—Oh, ni siquiera sabía que era tan tarde. Será mejor que me vaya
Estaba a punto de volverse para mirar a Buffy porque ella era quien la había traído hasta aquí, pero Gael habló.
—Te llevaré a casa.
Buffy le dio instrucciones a Gael para llegar al apartamento de Brenan, lo que ella podría haber hecho pero Buffy insistió. Ella estaba esperando en el auto. Se sintió aliviada cuando Gael finalmente salió y se subió al auto. Él le sonrió y luego tomó su mano entre las suyas. El viaje fue tranquilo pero no incómodo, lo miró a hurtadillas como si no estuviera segura de que él estuviera realmente allí.
Cuando llegaron a su puerta, ninguno de los dos quería separarse.
—Así que supongo que esto es todo— ella suspiró.
Él la envolvió en sus brazos y le sonrió.
—Si no puedes dormir o necesitas algo, solo llámame— Él susurró.
—Lo haré. Soñaré contigo esta noche— Murmuró cuando sus rostros se acercaron.
—Si pudiera soñar, lo haría contigo
Sus labios se encontraron en un tierno beso de buenas noches. Las chispas volaron como fuegos artificiales y ambos se sintieron como si estuvieran volando. Solo ellos existían y tenían una eternidad juntos que esperar. Cuando terminó el beso, ambos susurraron buenas noches y luego Brenan se deslizó detrás de la puerta de su apartamento.
Después cerró y echó llave a la puerta y se echó hacia atrás contra ella y se deslizó hacia abajo. Ella sonrió y se mordió el labio y contuvo un chillido que una adolescente hubiera soltado después de su primer beso. Lo que ella no sabía era que Gael sintió el mismo vértigo e hizo lo mismo cuando regresó a su casa esa noche.
—Bren, ¿eres tú?— preguntó Callie, salió de su habitación vestida con un camisón y la miró con curiosidad— Bueno, te ves bien, pero también pareces tener un secreto
—¡Acabo de pasar la mejor noche de mi vida!— chilló.
—¿Qué? ¿Tuviste sexo?
—¿Qué? ¡No! Oh no voy a jugar este juego contigo. Tendrás que resolverlo tú misma
Ella entró en su propia habitación al otro lado de la sala de estar de la de Callie. Por supuesto, la siguió porque tenía más curiosidad que nunca sobre lo que ella había hecho. Sabía que fue a pasar el rato con la familia de Buffy. Fue entonces cuando la golpeó.
—¡Oh, por Dios! Brenan, ¿lo viste?— Callie exclamó cuando ella se quitó el vestido y se puso la ropa de cama.
—Depende de lo que quieras decir con él— dijo con una sonrisa, se sentó en su cama y tomó su teléfono celular. Gael ya le había enviado un mensaje de texto.
Estoy eternamente agradecido por tu regreso. Tenerte en mi vida una vez más me ha llenado el corazón de amor. Seré bueno contigo para siempre, Brenan. No puedo esperar a verte de nuevo y espero que sea pronto. Duerme bien.
Ella no podía dejar de sonreír. Callie trató de ver el mensaje, pero lo ocultó antes de que pudiera echar un vistazo.
—Bren, te estás sonrojando. ¡Por favor dime!— suplicó.
Ella simplemente sonrió y luego bostezó.
—Podemos hablar en la mañana— Fue todo lo que dijo y luego apagó la luz y acompañó a Callie fuera de su habitación.
A pesar de que Gael estaba en su casa, no pudo evitar susurrar mientras caía al borde del sueño.
—Buenas noches, Gael.