Introducción
Aquilegia, reina y señora del valle Joskalia, una aldea de humildes hombres que cultivan la tierra en los adentros del monte de los Oleio. Un lugar alejado de otras aldeas, su población se alimenta de la caza de animales salvajes y la agricultura. Todo en sus vidas era armonía y felicidad hasta esa fatídica noche en que la invasión de los guerreros de Uspavonka y su rey “el tirano Zurek” arrebataron su paz.
Este rey reconocido por ser uno despreciable, llega haciendo honor a su fama de déspota y opresor. Un hombre sin escrúpulos que se ha hecho de todas las tierras adyacentes a las suyas por medio de la guerra traicionera y cobarde, matando a todo aquel que se le atraviese, llevándose a las mujeres y esclavizando hombres sobrevivientes a sus invasiones. El rey Zurek no sabe qué es ser despreciado y desafiado por una mujer hasta que se tropieza con Aquilegia, una reina hermosa e indomable, dispuesta a morir si es necesario por la integridad de su pueblo.
Fuerza, resistencia y poder.
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Personajes
Reina Aquilegia, de Joskalia
Mujer de 25 años, reina de Joskalia. Su padres murieron en un ataque de sus enemigos los Yakluba, un grupo de rebeldes que viven de atracos a aldeas para poder sobrevivir. Aquilegia, toma el reto de guiar a su gente a sus veintidós años, desde entonces su aldea ha crecido, sus inteligentes decretos han llevado a su aldea a prosperar y poder mercadear con aldeas cercanas, alimento y otros víveres. Los Joskalos a pesar de ser humildes tienen almas de guerreros indomables. No se dejarán tan fácil gobernar de un rey que piensa que se lo merece todo.
Rey Zurek, de Uspavonka
Zurek, hijo ilegítimo del rey Zoelo II, un rey justo que no pudo tener un hijo con su esposa la reina Generis. Ambos personas de gran corazón. Su reinado fue uno de paz y prosperidad hasta que Zurek reclamó su lugar en el palacio como el primogénito y príncipe real de Uspavonka. Su padre quien se avergüenza de su infidelidad le niega ese derecho a su reino y este sin ninguna consideración toma represalias contra ambos gobernantes quedando como el nuevo rey de dichas tierras.
Nadie en su reino lo quiere, pero a él muy poco le importa, es el soberano y tienen que acatar sus reglas. Su ambición lo lleva a conquistar otras tierras por medio de tretas y guerras traicioneras. Era conocido por atacar en las noches, cuando sus enemigos duermen, para así hacerse de sus tierras y su gente. Un harén de mujeres exclusivas para él, las cuales no tienen derecho a opinar y si se niegan a complacerlo son torturadas hasta fallecer. A los hombres que sobreviven a la guerra de la posesión de tierras, los toma como esclavos para labrar, cultivar y trabajos arduos.