– Te dije que estaría dormido – ignoro por completo las palabras de Nikolai y le sonrío todo lo que puedo entre mi cabreo a la pequeña Millicent. – Gracias por cuidar de Lyon, ya puedes ir a descansar, seguro casi no lo has hecho – la cría parece encandilada por el atractivo del hombre a mis espaldas, porque apenas asiente e incluso suspira antes de irse. Maldito ser lleno de testosterona. – ¿Desayunamos ya o esperamos al pequeño león? – como si fuese su casa, deja la bolsa de comida en el mesón y voltea a ver a mi hijo dormidito en el sofá cama, noto como hace una mueca. Ruedo los ojos. Ese mueble es lo más cómodo que existe en el jodido mundo, la mejor compra que he hecho en mi vida, así que será mejor que quite esa cara de haber olido mierda. – Ya lo despertaré, en un rato tiene qu