– Te noto distraído – suelto sin poder evitarlo. Ya llevamos unos diez minutos en un restaurante costoso y delicioso, hablando de todo y de nada, él ha sido atento, ha coqueteado correctamente, se ha insinuado sin ser vulgar, y me siento bastante cómoda. Casi hasta se me olvida que soy su puta y vengo para darle mis servicios, por un momento hasta creí que era una cita en donde él me cortejaba para tener una relación seria a futuro. Jaja, que gracioso. – ¿Distraído? – como decía, él ha tenido un comportamiento asombroso, todo ha ido de puta madre y casi me siento afortunada, sin embargo, noto que de vez en cuando su mirada se enturbia un poco, y que por momentos se queda mirando su celular como si esperara algo. Muy poco y muy sutil, pero lo he notado. Soy una mujer observadora. – Sí