IX

2203 Words

– ¡Mami! – me agacho y recibo a mi bebé con los brazos abiertos. Estoy agotada, y anoche bailé tanto que siento que todo mi cuerpo tiembla y que caeré en cualquier momento. Pero nada es lo suficientemente importante como para que me impida saludar a mi hijo como es debido, además, el día que yo no pueda sostenerlo será cuando él sea más alto que yo y ya mi cuerpo no tenga fuerzas. – Buen día mi bebé hermoso ¿cómo dormiste? – con un gesto, me despido de Millicent, que se apresura a irse a su casa, es decir, la puerta de al lado. En un inicio me pareció una mala idea permitirle a una chica tan joven que cuidara a mi hijo durante la noche, seguro tenía otros planes, yo que sé, a su edad, yo iba a fiestas. Pero luego su madre habló conmigo y me agradeció por darle la oportunidad a su hija,

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