Nos sonreimos y antes de irnos, dejó las flores en agua. Salimos de la casa y entramos a su auto. –Todo va a salir bien, ¿si? Sabía lo nerviosa que estoy, le doy una sonrisa y el agarra mis manos. –Lo se. Arranca el motor y acelera, me pierdo mirando las calles y respiro hondo. Llegamos al restaurante y cuando baja del auto, abre la puerta de mi lado y extiende su mano, la agarro y salgo del auto. Entramos al restaurante y nos sentamos en la mesa que reservo. Nos sirven un poco de vino y pedimos algo para cenar. –Gracias por invitarme Roman. –No lo agradezcas. Al rato, después de charlar, nos sirven la comida y empezamos a comer. –¿Como te sientes con tu personaje?–Me pregunta. –Muy bien, la verdad que la propuesta me vino de sorpresa. –Y yo me alegro de que la hayas aceptado.