Me hace pasar y doy media vuelta para mirarlo.
–Román, vine para pedirte disculpas, fui tan grosera contigo.
El sonríe y asiente.
–No hace falta que le pidas perdón Sabrina.
–Pero me porte tan mal.
–No pasó nada, no te preocupes.–Sonríe.–¿Te gustaron las flores?–Contento.
–Como dije antes, me gustaron mucho.
–Ojalá que no te haya molestado.
–No, es lo que me hizo recapacitar.
–Entonces agradezco haberte enviado las flores.
Nos reímos.
–Sabrina, me encantaría invitarte a cenar.
Lo miro sorprendida y dudo.
–No lo se…
–Vamos a tener una charla como amigos, no puedo negar que me siento atraído por vos pero al menos quiero ser tu amigo, que tu te desahogues conmigo.
Lo miro y asiento.
–Esta bien.–Sonrió.
Sonríe contento.
–¿El viernes a la noche?
–Me parece bien.
–Voy a pasar
