Narra Carlos —Ay, pero mírate qué guapo estás —me dice doña Edelmira, todavía acariciando mi cara —. Te ves muy diferente desde la última vez que te vi, mi cielo. La última vez que estuve aquí no fue hace mucho. Trato de venir a visitarla seguido, al igual que hago con don David, y la última vez que Edelmira me vio, yo recién había dejado el cargo de presidente interino y de coronel del ejército, así que me vio muy demacrado, con 10 años más de los que tengo y muy cansado, pero ahora me veo diferente. Bueno, tal vez he subido un poco de peso, pero ya no me veo tan viejo y estresado. —La vida me ha tratado muy bien en lo que va corrido del año —le digo —. Me casé con la persona que la vida me tenía destinada, y junto con mi hijo hemos formado esa familia que yo tanto soñé. —¿Te cas