Akron se duchó, se colocó ropa limpia y subió a la motocicleta para conducir hasta el campus de Violet. Él decía que era solo la espina que se hundía en su pie cada que caminaba, pero Violet era mucho más que solo una molestia. Violet tenía un lugar especial en su corazón; ese al que pocas personas accedieron alguna vez. Violet era molesta, era necia y rebelde aun en su religión, y aun así, a Akron jamás se le ocurrió levantarle la mano o dispararle. Para él, eso era un enorme avance, aunque era un tanto irrelevante. Él condujo por las avenidas principales hasta desviarse para tomar la calle del campus. El lugar estaba lleno de estudiantes. Esa noche era la fiesta de bienvenida por el nuevo año, y la emoción por sentirse libre era demasiada. Muchos miraron a Akron cuando se detuvo y aparc