Capítulo 2

958 Words
Amberlie se disculpó con la señora y como pudo, esquivo al conejo que seguía saltando. —Max, Bobu, Flor, Blanca, Lana, Chanel, Chloe, Chimmi, Lili, Duque— Dijo Amberlie llamando a los perros, que se acercaron rápidamente a ella. Amberlie inmediatamente noto que Boby estaba cubierto de barro, como siempre era el más desastroso, ni siquiera Chanel que tenía pelaje blanco y se la paso jugando tenia una sola mancha.  Ahora tendría que bañarlo cuando lo devolviera. Le dio un poco de agua y los amarro a sus correas, para luego salir del parque. Ya cuando devolvió la mayoría de los perros decidió tomar un atajo para llegar a la ultima casa, la casa de Boby. Amberlie suspiro notando que el barro seguía fresco y cualquiera que lo tocase terminaría manchado. Sin más, siguió caminando hasta que se tuvo en la acera por la luz verde que indicaba el paso de vehículos, mientras esperaba que se pusiera rojo para ella cruzar, miro a las vitrinas de una tienda, que en realidad era una galería de arte, donde noto que se llevaba a cabo una exposición de arte, poniéndose de puntillas y girando la cabeza intento observar alguna pintura, y ver porque personas que parecían vestir ropa cara estaban tan interesados en ellas, y seguiría intentando ver, a no ser por Boby que había aprovechado su descuido y había entrado directamente a la galería de arte. Amberlie en un intento desesperado que cruzara esa puerta intento atraparlo, pero era muy tarde. Boby había saltado sobre una pintura, haciendo que se cayera al suelo y todos voltearan a mirar la situación, reuniendo asi alrededor del perro y la pintura, ambos llenos de barro. Amberlie, se había quedado en la puerta, inmóvil. Podía huir, pero eso implicaría abandonar a Boby, cosa de la seria incapaz, especialmente sabiendo que la Sra. Johnson se encargaría de hacerle la vida imposible por abandonar a su adorado hijo. Ese perro era incluso mas amado que su hija Gina. Sin mas opciones, camino hacia el perro, quien se encontraba mostrando la panza, sin saber que había hecho un desastre, por un momento Amberlie vio el cartel sobre a quien pertenecía la exposición. Se le quedo la boca seca al leer “Abeto” el mejor artistita de la década, según varios noticieros, incluso alguien como ella había escuchado él, y sobre sus pinturas que pueden llegar a costar hasta 30k dólares, o aquella pintura especial, que cuesta cerca de 100k dólares. Amberlie trago y por un momento se mareo, y como pudo, a travesó la multitud de gente y llego gasta Boby. —¿Ese perro es tuyo? — Escuchó preguntar una voz grave, que hizo se le erizara la piel. Ella, no levanto la mirada, solo asintió. No era su perro, pero la responsabilidad definitivamente era de ella. —Toma a tu perro, la pintura y ven — Dijo aquel hombre, del que solo se atrevía a ver sus zapatos. Con las manos temblorosa tomo la correa de Boby y la pintura, y le seguí hasta una pequeña oficina donde había un chico sentando, al ver a aquel hombre acompañado de una chica y un perro, frunció el ceño. —¿Qué pasa? —Pregunto mirando al hombre. —El perro de esta chica arruino “Nocturno”— Dijo el hombre. —¿Cómo? —Dijo el chico perplejo. Amberlie no se atrevía a levantar la vista, solo permanecía en silencio, inmóvil. —¿Tienes idea de cuento cuesta esa pintura? —Le pregunta el hombre a ella. Amberlie empezó a sudar frio, sabiendo que sobrepasaría lo 30k dólares y que le tomaría al menos 10 años pagar eso. —Caleb, detente — Dijo el chico levantándose de su asiento —Mírala, esta asustada. Además, no creo que pueda pagar 30k —Dijo mirando a Amberlie de pies a cabeza, y no se equivocaba, solo debía ver lo gastada que estaba esa ropa. —No me interesa, su estúpido perro arruino tu obra maestra, que consiga 20 trabajos o lo que sea. El chico solo suspiro, y aparto la mirada, el más que nadie entendí la frustración de Caleb. El problema, realmente no era la pintura, si no el evento arruinado, la familia de Caleb tomaría ventaja de esto. Amberlie apretó los labios, lamentándose de no haber sujetado su correa con fuerza. Por instinto, miro la hora de su reloj y suspiro. En 1 hora entraba a trabajar. Amberlie tenía un horario muy estricto y del que debía seguir al pie de la letra, si quería conservar todos sus recuerdos —Lo siento —Dijo antes de que el chico dijera algo — Prometo pagar los daños, pero ahora debo irme a mi trabajo. Antes de que alguno sea capaz de decir o hacer algo dejo la pintura sobre una mesa toma la correa de Boby y lo arrastra a la salida, antes de irse completamente, recordó que ellos no tenían manera de comunicarse con ella, rápidamente busco entre sus cosas algún papel y un boli, revolvió hasta que encontró un papel arrugado en el fondo, lo saco y escribió en el su número. Giro sobre sus talones, dispuesta a regresar y entregar el papel, pero choco contra algo que casi le hizo caer, unos brazos le rodearon la cintura y ella levanto la mirada, encontrándose con unos ojos verdes, y por un momento contuvo la respiración. Aberlie volvió a su realidad y se alejó despacio producto de la incomodidad. Extendió el brazo con el papel, pero el hombre no parecía dispuesto a agarrarla. Amberlie desesperada mete el papel en el bolsillo de su traje, y sin más salió de la Galería camino a la casa de Boby, y luego a su segundo trabajo.
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