Dos semanas después
Afortunadamente hemos dejado que las cosas entre ambos se enfriaran un poco; tan solo nos hemos comunicado por teléfono y le enviado varias ideas de cómo promocionar sus nuevos singles. Debo reconocer que al menos ha sabido dejar los asuntos personales a un lado y halagar mi trabajo cuanto las ideas le han gustado.
Tal como lo habíamos acordado, lo espero en la puerta de la oficina de Madrid para salir rumbo a la primera estación de radio. El chofer ya está preparado, solo falta que llegue el en el otro auto de la discofrafica. Miro el reloj y comienzo a ponerme nerviosa; odio la impuntualidad.
Casi como leyendo mi mente, veo el auto deportivo color n***o llegando y a el dentro del mismo en el asiento de atrás. Baja del auto como la estrella que es; o quizás que cree ser. Cálmate Alexia, eres su publicista, no su enemiga. Me repito a mi misma intentando no enfadarme.
-Alexia, discúlpame por favor; tuve un problema. Me dice pero ignoro su comentario y subo a la furgoneta que nos llevara a los dos.
-¡Pablo, sube ya por favor! Le grito desde el último asiento.
Lo veo subirse a la furgoneta y mirándome seriamente. –Hola, ¿no?
-Hola, ¿qué tal? Digo finalmente con mi mejor y forzada sonrisa. Vuelvo a mirar la agenda en mi móvil y siento su mirada aun clavada en mí.
-Eres insoportable... Muy creativa e inteligente, pero insoportable. Me dice y al verlo sonríe.
-Bueno, esta mujer insoportable ya tiene pactada varias entrevistas y un show case en Miami para cuando estemos allí. Le informo y me mira levantando una ceja.
-¿Un show case? Pregunta confundido.
-Sí, con varios empresarios que estarían dispuestos a financiar una gira tuya allí.
-Ya no me caes tan mal. Dice entre risas y yo solo lo puedo mirar.
Tengo la sensación de que por momentos es un niño.
-Vale, como digas. Me han advertido que fuera de las radios hay muchas fans esperándote. Es tu gran regreso, es mejor que seas lo más cercano posible. Le sugiero mientras emprendemos camino. -¡¿Qué haces?! Le pregunto mientras se cambia de asiento y se sienta a mi lado.
-Alexia, tu no me dirás como tratar a mis fan; ¿vale? Me dice serio.
-Es una sugerencia; es mi trabajo.
-Lo sé y te lo agradezco, pero la relación con mis fans la manejo yo. Las conozco bien y sé muy bien cómo debo tratarlas.
-Como quieras. Ahora regresa a tu asiento. Le pido.
-Este es mi asiento. Me dice como un niño y de verdad que quisiera pegarle.
-Vale, quédate aquí que yo me voy a adelante. Le digo e intento cambiarme de asiento pero él me sujeta de la cintura para que no lo haga. -¡¿Me puedes soltar?! Esto no es profesional. Le digo sin saber si debo reírme o enfurecerme con la situación.
-Alexia, vamos a tener que viajar juntos. Relájate un poco ¿sí? En los aviones vamos a tener nuestros asientos uno al lado del otro. Me explica y sabiendo que lleva razón me calmo y me quedo donde estaba.
-Ya. Me quedo aquí.
Una enorme sonrisa triunfal se dibuja en su rostro y toma su móvil. -¡Primer día de promo! Grita y es claro que está haciendo un video. -¡Sonríe Alexia! Exclama y enfoca la cámara hacia mí.
Juro que lo voy a matar... Pongo mi mejor cara de póker y sonrió a la cámara para luego pretender que sigo ocupada en mis tareas.
Una vez que el sube el video a las redes, lo miro fijamente. –Pablo, déjame explicarte algo. Yo no busco hacerme famosa. Ese es tu rol. Le explico.
Me mira serio –Señorita Alexia Belrose, le informo que es mi publicista exclusiva y que se supone que nos llevamos genial. No arruines mi día, ¿sí? Estoy muy feliz y muy nervioso por la reacción de la gente con las nuevas canciones.
-De acuerdo, haremos una tregua e intentare que me caigas bien y que yo te caiga bien a ti; aunque se en apariencias. Le respondo con una falsa sonrisa. –En cuanto a las canciones, no te preocupes; la gente las está amando y están esperando los videoclips.
-¿Te los han mostrado? Pregunta ansioso.
-No, aun no. Los tengo en el ordenador pero aun no los he podido ver. Le informo.
-Vale... después me das tu opinión. Me dice de una manera misteriosa. –Sobre todo de Saturno. Termina de decir y no entiendo nada.
-Está bien. Los veré y pensare en ideas para ir lanzándolos.
-Te tengo mucha fe; seguro se te ocurren muchas. Me dice como si fuese una adivinanza.
-Hemos llegado. Digo al ver la cantidad de gente que hay en la puerta de la estación de radio. –Baja tu primero, los de seguridad ya están esperándote. Le sugiero y por primera vez y sin contradecirme lo hace.
Lo observo caminar entre medio de la gente y parece ser el hombre más feliz de este mundo. Se toma fotos, firma autógrafos, y yo aprovecho el caos que ha formado, para entrar a la estación de radio y esperarlo. Saludo a cada uno del equipo de la radio y me presento con ellos; ya que estas entrevistas estaban pactadas antes de que yo llegase a Warner. A los pocos minutos lo veo entrar a él y me limito a caminar a su lado hasta la cabina. Me paro en un rincón y lo observo detenidamente mientras lo presentan con orgullo.
Escucho cada una de sus palabras detenidamente y comienzo a tomar notas a cerca de cómo habla de sus canciones; es como si fuese un padre orgulloso hablando de sus hijos, me hace sonreír ya que realmente veo lo que esos singles representan para él. Quizás, Pablo el artista me cae mejor que Pablo, el hombre. Sus palabras me dan muchas ideas para las r************* , y para promocionar todo esto de una manera única.
Casi una media hora después, el se despide de todos; hago lo mismo y salimos del primer estudio. –Lo has hecho muy bien. Le digo genuinamente.
-¿De verdad te ha gustado? Pregunta incrédulo.
-Sí, de verdad. Ahora vamos a la próxima entrevista. Si tenemos suerte antes del anochecer eres libre.
-Somos libres. Corrige.
-Tú lo serás, yo tengo que seguir trabajando. Le explico.
-¿En qué? Pregunta confundido.
-Mientras que este contigo yo estaré trabajando. Le informo haciendo que se ria.
-¿Cenar es trabajar? Pregunta con dudas.
-Sí, todo es trabajo. Ahora vamos que llegamos tarde. Sentencio sin dejar que enrede más el asunto.
-Como diga capitán. Me dice mientras se sube a la furgoneta.