Favores

1218 Words
Estoy agotada, el día ha sido bastante abrumador, pero al mismo tiempo muy productivo. Estoy a punto de partir hacia el hotel cuando Pablo me llama. Al darme vuelta me percato que aun no se ha subido al auto que le han asignado. Lo miro entrecerrando mis ojos y él me hace una seña para que me acerque a él. Me acerco lentamente a él y solo me quedo mirándolo. -¿Iras a cenar sola? Pregunta como si esto fuese algo malo. -Creí que tu cenarías en tu piso. Respondo como si esto fuese algo obvio. -No se cocinar y estoy cansado. Vamos a cenar. Propone. –Anda, no puede ser tan malo. Dice riéndose. -De acuerdo, vamos. Digo y me subo al asiento de atrás pero me doy cuenta que no está el chofer. -Le he dicho que se vaya. Conduzco yo. Explica mientras se sube al lado del conductor. –Te propongo que vengas adelante, lo de chofer no se me da muy bien. Dice con una sarcástica sonrisa. Respira profundo Alexia. Me digo a mi misma y bajo del auto para ir al asiento de adelante. -¿Mejor? Pregunto mientras me coloco el cinturón de seguridad. -Mucho mejor. -Intenta ir a un sitio donde no haya tanta gente; no quiero cenar con cámaras de fotos a nuestro alrededor. Le pido y el solo se rie de mis palabras. -No te preocupes tengo el lugar perfecto. Dice de manera misteriosa y comienza a conducir. [...] Al llegar al restaurante observo a mi alrededor y noto como ha prestado atención a mi pedido. El lugar está un poco alejado, pero es muy tranquilo. Casi no hay gente, y lo mejor es que la mesa en donde nos han ubicado esta al final. Paz finalmente pienso al escuchar este silencio que es solo acompañado por una leve música de piano. -Se siente genial el silencio, ¿no? Pregunta y es como si adivinase mis pensamientos. -No sé si el silencio, pero escuche tantas veces tu nombre hoy, que necesitaba descansar de él. Digo sonriente. -Eso ha dolido. Dice riéndose. -Lo siento, es que de verdad tus fans se han vuelto locas. -Digamos que son eufóricas, pero las adoro. Dice con una enorme sonrisa. -Me di cuenta. El mesero viene a tomar nuestra orden y por supuesto que ha pedido tomarse una foto con él. ¿Quién ha sido la fotógrafa? Sí, yo... -Si la gente no supiera que eres mi publicista, pensarían que estoy aquí contigo en una cita. Por eso quería que lo publicáramos en las r************* . Dice serio. -Totalmente entendible. Yo tampoco quiero ese tipo de escándalos. Le respondo sutilmente. -¿Puedo conocer a mi publicista, o tampoco me contaras nada de ti? Me pregunta. -Creo que me conoces bastante. Digo. -Vale, tu también me conoces bastante si vamos a eso; pero, me refiero a que me cuentes de ti. Después de todo vamos a tener que pasar mucho tiempo juntos. -¿Qué quieres saber? Pregúntame. Le digo porque no quiero contarle más de lo necesario. -No se... por ejemplo, ¿hace cuanto que vives con tu amiga la rubia? Me pregunta con una leve sonrisa y no se porque tengo la sospecha que le ha gustado Tania. -¿Con Tania? -Si, con la que te pregunto todo aquella mañana. Dice serio. Ignoro completamente su comentario. –Hacia apenas una semana que vivíamos juntas en aquel momento. Ósea, vivimos juntas antes... -¿Te explicarías mejor? -Vale, te hago la historia larga, lo más corta posible. Tania, Vicky, Cintia y yo, nos conocemos desde niñas. Fuimos a la misma escuela, a la misma universidad a pesar de cursar carreras diferentes. Solíamos vivir las cuatro juntas hasta que yo me marche a Estados Unidos a hacer mi maestría. Cintia y Vicky luego se fueron a vivir con sus novios y solo quedo Tania. Volví de Estados Unidos una semana antes de la noche aquella donde tú y yo nos conocimos y me fui a vivir nuevamente con ella. Me observa con atención y no sé qué está pasando muy bien por su cabeza. -Ya entiendo un poco mejor el temita ese de sus retos. Dice serio. -¿Siempre fueron así? -¿Otra vez con eso? Pregunto algo frustrada. -Respóndeme. Dice y luego nos callamos por un instante mientras el camarero deja los platos sobre la mesa. -Digamos que hemos vivido muchas fiestas juntas y que cada vez que celebrábamos algo ese era nuestro ritual. Siento mucho que fueses la "victima". Le digo haciendo las comillas con mis dedos. -No hablare de eso, no quiero que volvamos a discutir. Mejor cuéntame de tu experiencia en Miami. -Ha sido increíble, he conocido personas estupendas y más que nada he aprendido mucho de la industria. Estudiaba dos veces por semana casi todo el día; y luego iba a trabajar. El me queda mirando con su copa de vino en la mano. –Entiendo porque te han contratado. A pesar de todo lo que ocurrió entre tú y yo, y de cómo nos llevemos; no puedo quitarte crédito de lo extremadamente buena que eres en tu trabajo. Me dice sorprendiéndome. -Gracias, tu también eres genial como artista. Pablo, lo que ocurrió fue un error. Tú ya lo sabes, no necesito explicártelo. Fue una idiotez de mi parte y creo que de tu parte los tragos también habían hecho su efecto. Es mejor que lo dejemos así. Una vez más discúlpame por haberte hecho formar parte de un juego entre mis amigas y yo. -Además, según tu contrato... tú y yo tampoco podemos tener nada. Es mejor que se quede en ese error. -Exactamente. Afirmo. -Solo te pido un favor enorme. Me dice y es como si fuera una súplica. -¿Cuál? El mira su plato, levanta su mirada, y mira a su alrededor. Esta nervioso y no entiendo porque. –Veras Alexia, no sé cómo decirte esto porque el que se hizo el ofendido primero aquí fui yo cuando en realidad tampoco es que tú me obligaste a nada... -¿De qué estás hablando? No entiendo. -Esa noche yo había ido al bar con mis amigos porque llevaba una semana peleado con mi novia. Estaba insoportable, y ellos insistieron en salir... Ella y yo regresamos hace una semana. Por favor no le digas nada de lo ocurrido si la llegas a conocer. Dice y yo me quedo con la boca abierta. ¿Ha dicho novia? No lo puedo creer... -¿Tu me has hecho todo escándalo de hacerte el ofendido porque según tú te seduje y ahora me dices que tienes o tenias, o tienes nuevamente... como sea... novia? Pregunto totalmente indignada. -Vale, me excedí en mi reclamo. Admite. -No, lo que tú eres es un descarado. ¿Sabes qué? No vuelvas a preguntarme por nada más de mi vida personal, y tú no vuelvas a contarme nada más. Dejemos esto como estaba. Yo soy tu publicista, tu el artista que represento. De verdad que necesito que no me caigas mal para poder ayudarte. -Pero, es que yo no estaba con Natalia cuando paso lo nuestro. Intenta explicarse. –Técnicamente no le fui infiel. Dice y en estos momentos quiero matarlo. -Ya Pablo. Ya esta, dejémoslo como lo que fue; un polvo. Un error, una idiotez... ya... basta de verdad que no quiero hablar más del asunto. Mejor terminemos de cenar y me tomo un taxi hasta el hotel. -Ni loco que este te dejo tomar un taxi. Así no nos soportemos tampoco dejare que te vayas así a esta hora. -Como quieras... Digo cortante y la verdad es que no puedo creer que sea igual que el resto de los hombres. Yo sintiéndome tan culpable y el hasta novia tenia... ¿Es tan difícil decir no para los hombres?  
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