Lo espero mientras habla con Ainara dentro de esta sala de juntas y no puedo para de pensar en la mala suerte que tengo. De todos los artistas que están bajo el sello de Warner; justo me hacen trabajar para él. Aunque, si lo pienso mejor creo que el problema es haberle hecho caso a mis amigas y haber seducido a un cantante como él. No estoy muy clara en cómo es que me metí en este problema, pero será cuestión de hacer mi mejor esfuerzo y trabajar a su lado.
La puerta de la sala de juntas se abre y entran ellos dos. El totalmente serio y ella, bueno ella un poco mas sonriente. –Alexia, ya hemos conversado y esta es la agenda de Pablo. Me dice dándome una hoja de papel con varias fechas de viaje a Latinoamérica y Estados Unidos. –Te recomiendo que te pongas en contacto con todos los de Warner en esos países al igual que con los medios de comunicación. En cuanto a ustedes dos conversen y que Pablo te cuente como es que debes promocionar sus dos nuevas canciones y su próximo disco. Es mejor que se lleven bien. Sentencia.
-¿Tiene que ser aquí? Pregunta Pablo un tanto confundido.
-Pablo, tú eres el cantante. Ella es tu publicista, tu relacionista pública y tu nexo con las fans; manejen esto a su parecer, pero recuerden bien que hay un contrato laboral de por medio y que así debe mantenerse todo esto. Nos explica.
Bien, prácticamente le ha dado la libertad de hacerme hacer lo que él quiera y como él quiera...
-Perfecto. Le responde con una amplia sonrisa que quisiera borrarle.
No sé porque, pero este tío me hace sentir que me he equivocado con mi carrera.
-Vale, los dejo y Alexia, ya sabes. Queremos resultados. Dice Ainara firme.
-Los obtendrán. Me limito a responder.
-Alexia, vamos por un café y comenzamos a coordinar todo. Dice él y sale de la sala de junta.
Lo sigo rápidamente hasta que salimos del edificio y me detengo frente a su auto. -¡No te equivoques! Le digo seria. –No soy tu secretaria, soy tu publicista.
-Exclusivamente mía. Dice riéndose de manera prepotente.
-Mira Pablo, si te han asignado una publicista pura y exclusivamente para ti es para que tu carrera crezca, no para que hagas lo que quieras con ella. Le digo cruzándome de brazos.
-Eso me queda claro, la que ha hecho lo que se le dio la gana has sido tú. Dice de manera borde y se sube al auto.
Con rabia abro la puerta del pasajero y subo a su auto. –Escúchame, se que lo de la otra noche ha sido un error inmenso teniendo en cuenta que nos toca trabajar juntos, pero que sepas que yo no te obligue a que vayas a mi casa y te echaras un polvo conmigo. Le digo seria.
El me mira como queriéndome matar y respira profundamente. –Claro que no me obligaste, pero tampoco pretendía que lo hicieras para contarle a tus amiguitas que tal ha sido tirarse a Pablo Alboran. Al menos dime que valió la pena la hazaña.
-Ya quisieras. Digo enfadada.
-Lo mismo digo, has sido la peor mujer con la que me he acostado. Dice mientras pone el auto en marcha.
-Me parece perfecto que no nos haya gustado, de esta manera es mas fácil trabajar juntos. Le digo ignorando su comentario.
-Es mejor. Esta es la última vez que se habla de este tema. Dice sin mirarme mientras conduce.
-Genial. A partir de ahora solo hablaremos de tu carrera. Tu misión es que tu música guste; la mía que vendas mas disco y ganar una reputación en mi carrera. Le digo de la misma manera.
-Está bien. Dice finalmente y en este auto comienza a reinar el silencio hasta que llegamos al café.
Al entrar al café, todos nos quedan mirando sorprendidos y si... es extraño ver a Pablo Alboran entrando como si nada con una mujer. Nos sentamos en una mesa ubicada en la terraza, donde hay menos gente y él me mira serio.
-Tomémonos una foto. Me dice de la nada y yo me quedo mirándolo sin entender nada.
-¿Qué? Pregunto confundida.
-Para subirla a i********: dándote la bienvenida al equipo. No quiero que pienses que eres nada mío. Me dice serio.
-Me parece perfecto, yo tampoco quiero que me involucren contigo más que en tan solo un plano profesional.
-Me imagino, se te arruinaría tu casería en los bares. Me dice y vaya que eso ha dolido.
-¡A mí me respetas! ¡Podrás ser muy Alboran y todo, pero a mí no me tratas así! Le reclamo.
Al parecer mis palabras le han hecho reaccionar porque su cara cambia completamente. –Lo siento, no quise... Intenta decir.
-Pero lo has hecho. Le interrumpo. –Ahora toma esa foto y hablemos de los viajes que vienen. Digo.
El se pone de pie y se arrodilla al lado de mi silla para que quedemos a la misma altura y poniendo nuestra mejor cara de "mejores amigos" toma la fotografía.
-¿Cuál es tu i********: profesional? Me dice mientras se sienta en su silla.
-Tengo solo uno, y es @alexia-belrose . Le informo.
-¿Francesa? Dice mirando su móvil.
-De descendencia, pero no hablo francés. Le informo.
-Entiendo. Bueno, ya te sigo y ya te etiquete en la foto. Prepárate para que te sigan miles de personas. Me advierte.
-Ya lo hacen, pero supongo que seguirá aumentando el número ahora. Le digo.
-Como digas. Bueno, ahora a lo que vinimos. Me dice y de esta manera comenzamos a acordar todo el itinerario.
Definitivamente trabajar con él , será todo menos relajado.