—Señorita Wood, por favor, dime algo sobre Usted. Era una forma de hacerla hablar, de ver cómo era. Y mientras ella lo hacía, se fijó en su lenguaje corporal y en el tono de su voz y en que no apartaba la mirada. Le resultaba fascinante el hecho de que una chica de un pequeño pueblo, que había crecido en la pobreza, se hubiera convertido en aquella sensacional mujer tan segura de sí misma. La mayoría de las solicitantes, aunque consumadas profesionales, habían evitado su mirada, se habían comportado nerviosamente, tartamudeado y balbuceado, pero no Jennifer. Era sencillamente fascinante.
—¿Cuáles son tus motivos que te han llevado a tomar está decisión?
Jennifer, hizo una pausa. En su opinión, era una pregunta injusta, pero le estaba ofreciendo un puesto y debía responder. Era como cualquier otra entrevista de trabajo. Se contrataban sus servicios a cambio de una compensación económica.
—Le, voy a ser muy sincera, acabo de ser aceptada en un programa de historia de la Universidad de Cambridge, pero me han negado la beca que solicité. Por eso estoy aquí. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para conseguir el aporte financiero que necesito para alcanzar mis metas.
—¿Metas ?. Henry, se inclinó hacia adelante. —¿Tienes muchas metas?. Jennifer,le miró a los ojos y, por primera vez, notó que eran azules, pero no un azul pálido como los suyos; eran de un azul intenso, oscuro y resplandeciente. Eran alucinantes y, aunque la oficina no estaba exageradamente iluminada, llameaban como un fuego ardiente, inquietante e indagador.
—¿No tenemos todos varias metas en la vida? Él tomó aliento y sostuvo su mirada.
—Tal vez. Pero, ¿Te motivan a diario?.
—Sin ningún tipo de duda.
Henry dió por terminada la entrevista. Quería que aquella mujer fuera la gestante. Parece que tenemos algo en común. Quería que su hijo o hija tuviera sus ojos y sus labios, y su inteligencia, pero, además, se sentía fascinado por su presencia.
—¿Qué te parecería vivir conmigo durante la duración del proyecto?
Proyecto. A Jennifer, no le ofendió su visión de la subrogación; por alguna razón se sentía mejor sabiendo que era un acuerdo profesional.
—¿Qué significa, cuando dices "Vivir contigo"?. Su expresión recelosa hizo que su corazón diera un vuelco, haciéndole pensar en otras cosas, en otras posibilidades que no había mencionado pero que aquella mujer había creído sus intenciones.
—El acuerdo es estrictamente profesional. Se te proporcionará alojamiento en mi casa, para estar pendiente que todo funcione bien, claro si mi equipo médico te apruebe.
Jennifer, entró en pánico. No sabía que tendría que vivir con un extraño. Un extraño sumamente rico y apuesto cuyo bebé crecería en su vientre. Se sintió un poco engañada y le dio la impresión de que aquel hombre tenía intenciones ocultas, aunque aquello podría deberse a su naturaleza desconfiada. Jennifer Wood, no confiaba en nadie.
—No sabía que era una de las cláusula del contrato . ¿Qué sentido tiene que viva aquí cuando tengo mi propio apartamento y puedo pagar la renta?.
—Hay ciertas cosas… que se esperan de ti durante el programa.
—¿Cómo?- exclamó Jennifer, en un tono de voz alto, observándo furiosa. Con un poco de retraso, Henry Smith, se dio cuenta de lo que había dicho y cómo lo había interpretado ella.
—No- dijo de repente. —No que querido decir eso. En absoluto. Lo que se espera de ti es...—le entregó una carpeta y Jennifer, la tomó con cautela.—Aquí está todo detallado. Ella la abrió y leyó las primeras líneas. Lo que no debería comer. Lo que debería comer. Lo que debería evitar. Qué cantidad de qué se le permitiría consumir. Con qué frecuencia se ejercitaría con un entrenador personal. Cómo se desplazaría al trabajo. Qué vehículo le sería asignado. El nombre de su chófer personal…
—¿Chófer? Para que necesito un chófer.
—Viene dentro de las cláusula, también. Una vez que te quedes embarazada, tu seguridad y salud serán mi mayor prioridades. Jennifer, se le aceleró el corazón a millón. "Embarazada". Aquella locura se estaba convirtiendo en realidad. Estaba delante de un apuesto millonario, un hombre que irradiaba energía, vitalidad y fuerza, y ella tendría a su bebé en el vientre. Se iba a quedar embarazada; le iba a engordar la barriga, le iban a crecer los senos y el bebé se iba a mover dentro de ella. "El bebé de él". La entrevista de repente adquirió un matiz muy íntimo, como si estuviera vinculada a aquel hombre por una fuerza sobrenatural. Desvió la mirada, reprendiéndose mentalmente por sentirse así, e intentó alentarse a sí misma para escapar de aquel repentino estrés. Aún no la había contratado, sólo le estaba proporcionando una idea de lo que conllevaba la responsabilidad de resultar ella la elegida.
—En ese caso… respondiendo a tu pregunta anterior… no me importa vivir con usted durante el embarazo.
—Me parece muy inteligente de tú parte- exclamó Henry, con la sangre corriendo por sus venas y sintiéndose entusiasmado por primera vez desde que comenzó la búsqueda.
—Mis representantes se pondrá en contacto contigo, Señorita Wood. Muchas gracias por tu tiempo.
Henry, llamó a su secretaria, que le informó de que todavía no tenían todos los resultados. Para entonces, ni siquiera le importaba si Jennifer Wood, no tenía una salud perfecta. Era la elegida. Había entrevistado a otras mujeres durante los últimos dos días, pero descubrió que busca su temple y su confianza en todas las candidatas. Se refirió a su equipo de médicos como unos incompetentes, ya que no se apuraban por procesar los análisis para poder dar la búsqueda como concluida.
Después de una larga espera, alguien llamó a la puerta de su oficina y para entrar el médico encargado del equipo que había contratado especialmente para el proceso, de la inseminación entró y se aproximó al escritorio de Henry, deslizando un documento sobre él.
—Aqui tiene el informe detallado de la Señotita Wood.
Henry lo abrió y frunció el ceño.
—Gracias. Y empezó a leerlo con calma. Luego miro al Doctor con satisfacción y dijo —Esta apta.
—Si, Señor Smith, es completamente apta, el ecosonograma pélvico reflejo ovario sanos y el test de reserva ovárica, dió como resultado que posee ovarios muy fértiles y que puede quedar embarazada con la primera inseminación.
Henry, suspiró, inhaló y exhaló el aire de forma relajada por primera vez en los dos últimos días. Asintiendo con la cabeza, despidió al hombre y llamó a su secretaria para darle instrucciones con el fin de que informara a la Señorita Jennifer Wood, que sus resultados habían dado positivo para los contratación. No tendría que hacer nada en su piso .
—Dile que por favor se quedarse sentada y de órdenes mientras el servicio de mudanzas empaca sus cosas.
Henry Smith, le dedicó más tiempo a repasar su historial médico y a pensar en ella. Le intrigaba el tipo de mujer que era, y admiraba sus motivos para llevar a cabo sus metas. La mayoría de las candidatas no habían estado muy seguras de sus motivos para ser madres subrogadas, lo que le hizo sospechar que sólo les importaba el dinero. Jennifer, no era la excepción también se trataba de dinero, pero lo iba a utilizar como una plataforma para alcanzar sus metas. En muchos aspectos, era como él, haciendo todo lo posible por conseguir lo que quería. Él también se había creado aquella vida por sí mismo, perseverando, luchando, esforzándose. Había empezado de cero y, en el fondo, quería darle a Jennifer una ayuda para que hiciese realidad sus sueños.
¿En verdad era una ayuda? O ¿Había algo más?.....