Jennifer, pasó la noche dando vueltas en la cama, se levantaba, se volvía a acostar. Lo más seguro era por todas las emociones que estaba pasando y por más que no quisiera no podía dejar de pensar, en su nueva vida. Todavía no podía creer que todo aquello era una realidad. Se levantó y observo el reloj eran muy temprano, aún que a ella les le gustaba ver el amanecer. Se acercó al balcón, abrió las ventanas y dejó que la suave brisa acariciara su rostro. Colocó su mano en el vientre. Se sentía orgullosa de sí misma por encontrar la manera de consolidar sus sueños, de culminar sus estudios y ser una mujer profesional. Aunque su familia, no la apoyara en la forma de ella lo estaba haciendo, pero no consiguió de otra manera y si su familia se enteraban y no la entendían no le daría importancia. . Estaba haciendo lo que debía hacer, y lo que creía que era correcto, no estaba haciendo nada indebido y aquello era lo único que importaba. Mantenerse de pie, había sido lo más importante para ella y de eso es de lo que trata la vida de luchar para alcanzar nuestras metas, nuestros sueños. Oyó un tic - toc. Y se giró.
—Pase.
Abieron la puerta y ahí estaba él. Recién bañado, y con una camisa blanca que hacia que le resaltara sus pectorales, y veia un pequeño tatuaje que no logro distinguir y sus ojos radiaban luz.
—Buenos días. Saludó él con una hermosa sonrisa. Jennifer sonrió y le pareció gracioso conocer un poquito de él.
—Buenos días. Dijo ella.
—Me alegra ver que estás disfrutando de tu primera mañana aquí en la casa. Jennifer se sintió apenada y apartó la mirada.
—Sólo estaba observando...
—¿ Cómo dormiste?. Jennifer hizo un justo con la cabeza y le respondió con mucha sinceridad.
—Horrible. Él se mostró preocupado.
—¿Por qué? ¿Te hizo falta algo? ¿La habitación no es de tú agrado?
—No, por supuesto que no. Creo que es algo de adaptación, una casa nueva, la cama nueva a habido muchos cambios en tsn corto tiempo. Además, tenía muchas cosas en la cabeza.Él asintió con la cabeza.
—Eso será los primeros días y luego te irás acostumbrando poco a poco.
—Sí, claro. Ella sonrió abiertamente. —Lo sé. Me alegro de estar aquí y de que estamos haciendo.
—Yo también- dijo él.
—Te espero en el jardín para que desayunemos. Dió media vuelta y salió de la habitación. Jennifer, se dió una ducha rápida y se puso un vestido de varios colores y bajo al jardín, se sentó junto a él en una mesa expuesta al exterior y vió como la ama de llaves, les servía el desayuno a ambos. Una vez más, se trataba de comida en cantidades exageradas para dos personas. En la mesa habia ensalada de frutas, pan tostado, mantequilla, jugo de naranja, café, yogurt, mermelada, huevos revueltos y tocineta. Cómo para que desayunarán como cinco personas.
—Jennifer, disculpame no te he presentado a nuestra ama de llaves, ella es la Señora Wilson y ella es Laura. Ellas te ayudarán en todo lo que necesites, y si tienes que trasladarte para irte a un sitio, tienes al chófer está totalmente a tú disposición. Sólo tiene que pedirlo.
—Esta bien. Dijo Jennifer. —¿Cuando estarás de vuelta?. Henry entrecerró los ojos, con el vaso de jugo. Jennifer cambió de colores y dejó caer el tenedor en el plato.
—Disculpa. No quería decir… ha sonado un poco raro. No pienses que te quiero controlar. Sólo quería saber... Henry se recuperó de la sorpresiva pregunta.
—No te preocupes. Cómo nunca me preguntan cuando me voy o cuando llego.....—dijo, riendose que también hizo reír a Jennifer.
—En verdad discúlpame.
—Esta bien. No tiene importancia. Y nuevamente se rió de nuevo. —Cuentame de tus estudios de historia en el que estás inscrita. Jennifer, se sintió muy emocionada por la pregunta y le contó algunos detalles, sorprendida de que le escuchara atentamente y le diera su opinión..
—Por que no descansas, ya que pasaste una noche horrible y luego volvemos a tocar el tema de tus estudios. ¿ Que teparece si lo hablamos durante la cena?. Silla lo miró sorprendida .
—¿Vamos a… cenar juntos, está noche? Henry entre cerro los ojos. —Por supuesto. Estamos solamente tú y yo.
Henry se levantó de la mesa y se despidió.
Jennifer, aprovechó la ausencia de Henry, se recostó un rato a descansar y luego se fue para su oficina. Y escucho cuando el auto de Henry se estacionó al frente de la casa. Y lo escucho hablar con el chófer y con un señor mayor que era el jardinero. Llegó un poco temprano. Jennifer bajo al salón para recibirlo y se sentaron a conversar. Henry le pregunto a Jennifer como estuvo su día y retomaron la conversación de los estudios de ella. Se sentía importante que él tuviese interes en saber más de ella. El le hizo varias preguntas y ella le aclaro todas sus dudas de su proyecto d investigación y le agradeció sus comentarios y sus opiniones y gracias a ello, surgió tres nuevas propuestas que podía agregar a su investigación.
—Vamos a tener que sentarnos a conversar más a menudo, para tener nuevas ideas bromeó, y él lanzó una risotada.
—Para mi es un placer ayudarte. Se desbotono la chaqueta del traje y abrió su computadora portátil, tratando de mirarla con desimulo. Estaba recién bañada y llevaba puesto un pantalón de color beige con una blusa blanca que le marcaba los pechos y caía su cabello sobre su rostro. Era muy espontánea y movía mucho las manos para hablar. Había merecido la pena volver pronto del trabajo. De repente Henry preguntó:
—¿Cómo te enteraste de la existencia del programa, Jennifer?.
Jennifer sintió un vacío en el estómago al oírle pronunciar su nombre, y se volvió hacia él, recostandose en el sofá.
—Fui a hablar sobre otra beca con la chica de Recursos Humanos. Y una de mis amigas lo mencionó de pasada porque...- se rió. —Te lo tengo que contar... les pareció extraño... o mejor dicho... gracioso, que estuvieras buscando un vientre de alquiler.
—¿En serio?- Él sonrió, feliz de contemplar su risa, más que de otra cosa.
—Sí. En recursos humanos me dijeron que no podían ayudarme, y pensé que debería hacer esto. Me pareció lo adecuado; quiero decir, fue difícil aceptar que podía hacerlo, pero lo hice.
—Y yo me alegro de que así fuera.
—Ah okey. —Jennifer, sonrió, y se tensó al ver su mirada descendiendo hacia su vientre.
—¿Cómo llegaste a la Universidad de Cambridge?. Jennifer, tuvo que tomarse un momento para regresar a la tierra. Había estado contemplando su vientre con tal anhelo que le fue difícil no sentir una punzada de excitación.
—Fui rebelde, siempre queriendo hacer lo que todo el mundo me decía que no hiciera. Tuve problemas y decidí que quería estudiar. Y por cosas de la vida estoy aquí.
—El trabajo es fuerte
—Si, muy fuerte.
—¿Tu familia no te apoyo para que estudiaras?. Jennifer, lanzó una fuerte carcajada. —No, mí familia no me apoyo, nunca creyeron que podía llegar a la Universidad y menos a Cambridge Creían que debería ser respotera, peluquera o algo así.—Quiero aclarar algo que no hay nada de maloben eso. Porque son personas que estudian y son buenas en su oficio. Pero a mí me gusta investigar, descubrir cosas. Y de paso no Soy buena cocinando. Jennifer emitió otra carcajada. —Poco veo a mi familia, por mis estudios y que tengo trabajos a tiempo parcial para poder pagarme las clases. Pero este programa de historia de Cambridge…- suspiró. —Es una oportunidad muy importante, y voy a poder participar gracias a estev programa voy a poder continuar. Jennifer, intentó controlar las lágrimas que amenazaban con derramarse de sus ojos.
Henry,sostuvo su mirada, queriendo consolarla y sin saber hacer nada mejor que quedarse allí sentado apoyándola con su presencia silenciosa.
—Ahora hablemos de tú familia. Ya yo te hablé de la mía.. Dijo Jennifer. Se sentía muy a gusto con él después de aquella charla. Él se encogió de hombros. -
—Es como en tu caso.— Y rió. —No tenemos relación. Mi familia y yo no tenemos mucho en común, y siempre estoy trabajando, así que no tengo oportunidad de hacer un esfuerzo, aunque supongo que tampoco quiero.
—Te comprendo perfectamente.
—Sí, siempre hay mucho que hacer, y he luchado mucho para estar donde estoy. Y esa es la razón por la que quería que participaras en el programa. Jennifer, frunció el ceño.
—¿De verdad? Él se cruzó de brazos.
—Me di cuenta de que eres una guerrera, como yo. Y de que deseas algo con desesperación. Me vi a mí mismo reflejado en ti, y pensé... "Está chica es perfecta".!Tiene las mejores razones para hacerlo. Y me obsesioné con contratarte desde el momento en que te vi.
Jennifer, sonrió y lanzó una risita cuando él se rió.
—No puedo creer que estemos hablando así.
—¿Así, cómo?. Preguntó Henry.
—Pensé que iba a pasar el tiempo aquí sola. ¿Sabes? Que me dejarías a mi aire para alimentarme y hacer ejercicio. Ella respondió a su sonrisa con una risa. —Y que no haría nada mientras tú ibas a trabajar como un famoso CEO, que eres. Henry rió con más ganas.
—No, te creas yo también pensé que era así, pero en realidad me gusta pasar tiempo contigo. Jennifer, se sonrojó.
—¿Podemos ser amigos?. Jennifer, sonrió.
—Claro, que si.