Capítulo 21

1004 Words
Henry, penso que lo que le faltaba para sentirse realizado era ser padre, por ese motivo busco una gestante, por tener un hijo, pero nunca paso por su mente, que se enamoraria de esa mujer. Una mujer que al principio lo llenaba de alegría, de motivación para llegar a casa más temprano. Pero Jennifer desde su accidente, se había alejado mucho de él, estaba pero no estaba. Él sabía que ella estaba ahí, pero poco la veía y después que el le dijo que podía traer amigos a la casa, Jennifer le tomo la palabra muy enserio. Había invitado a su amiga, por lo que esa noche no ceno con Henry. Y pidió que les sirvieran la cena en su habitación. Henry, estaba acostumbrado a tener relaciones temporales sin darle mayor importancia. Desde que Jennifer, apareció, le cambio la vida de muchas maneras, se sentía vacío. Por más que tratará de concentrarse en organizar todo lo del bebé, no lograba concentrarse, siempre lo interrumpía la ilustración de una familia con Jennifer y él bebé. Los tres juntos como una familia, ver crecer el bebé, que ella lo esperara cuando él llegará del trabajo, compartir las visitas al pediatra, desvelarse juntos por las molestias de la dentición. Giró la cabeza a los lados para disipar esas imágenes, él sabía que Jennifer no iba a quedarse, ella ya tenía planes en su vida, proyectos y fue muy clara en la entrevista, que no quería tenerla hijos, que lo estaba haciendo porque necesitaba el dinero para culminar sus estudios. Sus pensamientos fueron interrumpidos. Cuando alguien le hablo —Hola, no sabía que ya habías llegado. Dijo esto con una gran sonrisa. —Hace un rato. ¿Cómo la estás pasando con tu amiga?. Jennifer, se sintió apenada. —Bien, la señora Wilson, nos a atendido muy bien y nos a hecho cosas muy ricas. Gracias por qué me imagino que tú le diste la orden. Lo miró con los ojos entrecerrados, aparentando enfado. Henry le dió una gran sonrisa. —Sólo quiero que estés bien. Ella suspiró y se acercó a él, posó su mano sobre la de él. —Gracias, en verdad muchas gracias por todo lo que haces por mi. —No, tienes nada que agradecer. Para mí es un placer. ¿ Y cómo va tú pie?. Ella se encogió de hombros. —Muy bien, gracias a Dios, a tí por tus cuidado. Henry, le pasó el dedo por la nariz. —No hay de que. Dió media vuelta y se alejó. Jennifer, lo observó alejarse y se obligó a dejar de mirar fijamente su cuerpo. Cómo me arrepiento de no haber tenido la aventura de hacía tres semanas, pero no la cambiaría por nada del mundo. Iba a necesitar esos recuerdos cuando le dejara al cabo de otros cinco meses para regresar a su vida de siempre. Una vida en la que faltaría la compañía y la protección de Henry. Henry llegó temprano a la casa. Y se dirigió a la cocina a tomar un vaso con agua y por la ventana vió a Jennifer, sentada en el jardín abrazado un libro. Se le quedó mirando lo hermosa que se veía su cabello con los rayos del sol. En ese momento Jennifer se dió cuenta que la observaba, se levantó y se dirigió a la cocina. —Hola, llegas temprano. Dijo y se sentó en una banqueta. —Hola, un poco. ¿Y que tal tú día? —Leyendo, leyendo y aún me falta por leer. Tengo varios libros por leer. —Se oye, cómo si estuvieras aburrida. —Un poco. —Ya, se lo que vamos a hacer. —¿Que vamos a hacer? Preguntó intrigada. —Nos vamos de viaje. —¿De viaje? —Si, ve a tú habitación y prepara una maleta. Vamos para para una isla. —¿Para una isla?. —Si, para una isla, a bañarnos en el mar y para tomar un poco de sol. Te cae muy bien un cambio, últimamente haz tenido mucho estrés por el accidente y por tús estudios y también le caerá bien al bebé. Jennifer se rió —¿En serio?. —Claro, en el closet, encontrarás una maleta. Te espero en el salón. Se levantó y salió de la cocina. Jennifer, fue a su habitación y como dijo Henry en el closet estaba una maleta. En la maleta colocó ropa ligera de playa, traje de baño, bronceador, lentes de sol y por supuesto un sombrero. Cuando llegó al salón ya Henry, la estába esperando. Ella no le vió equipaje y le preguntó. —¿Y tú maleta? —En el auto. Todo parecía una fantasía, Jennifer estaba muy emocionada. Henry tomó su maleta la llevo hasta el auto y se sentó junto a ella., todavía nerviosa se dió cuenta que la dirigían hacia el aeropuerto, hasta que el chófer se dirigió a un angar privado y ahí estaba un jet privado esperando por ellos. Cuando bajaron del auto un par de hombres vestidos de n***o, abrieron la puerta del auto. —Bienvenido señor. —Gracias. ¿Todo está listo?. —Si señor. Henry le tomó la mano a Jennifer, para ayudarla a subir las cortas escaleras y sentarla en su asiento. —Cualquie, cosa que se te ofrezca por favor me lo comunicas. Le dijo ésto a pocos centímetros de sus labios. Mientras le abrochaba el cinturón de seguridad.—Llevas a mi hijo dentro de ti y eres muy importante, siempre, siempre serás parte de mi vida a través de este bebé. Y quiero que seamos los mejores amigos durante este tiempo, y que disfrutes todo lo puedas. Y cada vez que necesites de mi ahí estaré. Jennifer se le quedó mirando los labios con intención de besarlos. Henry se dió cuenta y se retiró de una manera instantánea, apartó el brazo y se enderezó. Tenía que decirlo y lo dijo. Jennifer entendió que no era la única que lo deseaba. Henry Smith, también deseaba estar con ella.
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